Los ‘peones negros’ hablan catalán

El PSOE avala la teoría conspiranoica del independentismo sobre los atentados yihadistas en Cataluña

Sánchez, el jueves, en el Congreso.
Sánchez, el jueves, en el Congreso. / EFE

18 de agosto 2023 - 00:01

NO deja de ser curioso que los poetas que días atrás asustaban a las viejas porque los fachas no les iban a dejar llevar sombrero o llamaban a las barricadas porque un concejal cateto le había retirado la mamela a una obra de teatro, ayer aplaudieron que la presidenta del Parlamento español saliese elegida gracias a los votos de un prófugo sedicioso y malversador que nadie sabe muy bien donde se encuentra y a qué intereses representa. Chapeau por la España plural y de progreso. Ya se divisan a lo lejos las verdes praderas. Pero vayamos a los detalles, que es donde se esconde don Diablo, como diría Berceo. Dentro del acuerdo alcanzado entre los progresistas Sánchez y Puigdemont para constituir una Mesa del Congreso del gusto de los independentistas llama la atención el compromiso de los socialistas de impulsar en el Parlamento una comisión de investigación sobre los atentados yihadistas del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Y es que una de las muchas teorías conspirativas del nacionalismo radical catalán es aquella que pretende vincular al CNI con aquella masacre (una reedición a la catalana del titadine y los peones negros de Pedro J.). Es decir, que el PSOE no ha dudado en extender un gravísimo velo de sospecha sobre unos servidores públicos del Estado con tal de conseguir la presidencia del Congreso durante una legislatura que probablemente sea tan breve como accidentada.

La fijación del nacionalismo con el CNI es antigua. Y sus razones tienen. Al fin y al cabo, sobre este órgano recae en gran parte la responsabilidad de vigilar e impedir los intentos de volar la democracia española y el orden constitucional. Atacar al CNI es debilitar los mecanismos de autodefensa del Estado. El problema es cuando al mismo presidente del Gobierno de España no le importa poner a sus agentes y funcionarios a los pies de los caballos independentistas con tal de alcanzar sus objetivos políticos. Solo hay que repasar las hemerotecas para recordar que no es la primera vez que Sánchez cae en tal indignidad.

Como es habitual esta comisión de investigación quedará en nada. Pero los independentistas ya tienen un nuevo argumento con el que alimentar sus obsesiones conspiranoicas, además de darse el gusto de sentar en el banquillo de la opinión pública a unos agentes que, no lo olvidemos, se juegan la vida en diversos escenarios por defender los intereses españoles y proteger su sistema democrático.

Ayer tuvo que ser un día amargo en La Casa –alias de la sede del CNI– y dulce en Waterloo y Ferraz. Las cosas del progreso.

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