Crónica Personal

Los otros puntos flacos del P.S.

Que Pedro Sánchez asuma que ni su prestigio exterior está por las nubes ni encontrará resueltos los problemas

En el Falcon busca el alivio necesario para dejar atrás los problemas en los que se ha metido, pero tampoco fuera de las fronteras encuentra Pedro Sánchez los elogios tan necesarios para alimentar su ego. Porque son excesivos sus puntos flacos.

Desde Bruselas le alertan de que el plan de pensiones que ha preparado Escrivá es inviable, disparará el déficit y la deuda, y mejor sería que le fuera diciendo al ministro que busque alternativas.

Tampoco ha encontrado muchos adeptos a su causa palestina. Es el peor momento para pedir la creación de dos Estados, una idea que defiende casi todo el mundo civilizado, pero que de momento es imposible. Más aún ahora, tras el golpe de Hamas que dio inicio a la guerra. Es lo que han transmitido a Sánchez la práctica totalidad de dirigentes con los que se ha entrevistado. Por no mencionar que profundiza la brecha con Estados Unidos, asunto relevante. Fuera de nuestras fronteras está calando la idea de que Sánchez va a la zaga de las políticas internacionales que abrazan los comunistas que le mantienen en el Gobierno.

Tampoco se ve muy bien, dentro y fuera de España, sobre todo dentro, que se ponga puente de plata a que potencias árabes se hagan con la mayoría de las empresas energéticas españolas, un sector muy sensible para dejarlos en manos ajenas. O que se traslade a la opinión pública la sensación de que Sánchez está amparando también una nacionalización encubierta de Telefónica, entidad puntera de las telecomunicaciones. Es decir, que está vendiendo España a trozos. Con el ministro Óscar Puente lanzando venablos contra las empresas extranjeras, sobre todo francesas, que se están haciendo con el mercado de la alta velocidad en España por sus bajos precios, pero sin que a Puente se le ocurran medidas competitivas contra los invasores que ofrecen buen servicio y precios a los que Renfe no se acerca.

La ley de vivienda y las ideas peregrinas sobre el alquiler, que no funcionaron en otros países y recogieron velas, tampoco funcionan en España. Al contrario, esa ley, como advertían los expertos pero no quisieron escuchar los ministros, han encarecido los precios hasta límites inasumibles excepto para los millonarios.

En resumen: que recurra Pedro Sánchez al Falcon para encontrar sosiego unos días, pero que asuma que, ni su prestigio exterior está por las nubes… ni a su regreso encontrará resueltos los problemas que dejó atrás. Porque solo él es responsable de esos problemas que hoy sufrimos. Y que ha provocado él mismo con socios indeseables y con un equipo que deja mucho que desear. Con escasas excepciones.

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