Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Te quiero más que nunca, Yolanda

Yolanda Díaz, este domingo en Sevilla para presentar su plataforma Sumar

Yolanda Díaz, este domingo en Sevilla para presentar su plataforma Sumar / Raúl Caro / Efe

Acaba de subastarse por 218.750 euros la última carta que Maximilien Robespierre escribió a Jorge Danton, un año antes de que el primero enviase al segundo a la guillotina. "Te quiero más que nunca y hasta la muerte", se compadecía el Incorruptible de la muerte de la esposa y un hijo de su compañero. Ambos instauraron el terror político, a través del Comité de Seguridad Pública, contra los enemigos de la Revolución Francesa, después contra los tibios y, más tarde, contra los contrincantes de filas: Robespierre mandó a Danton a la guillotina por misericordioso con sus víctimas. Las izquierdas y derechas nacieron, nominalmente, en Francia en ese decenio de finales del siglo XVIII que concentra en breves años todo lo sustancial de la política. La atomización de cada bloque es una de sus características; la otra, la crueldad como argumento válido contra el supuesto interés general. Primero, contra el enemigo, y más tarde contra el compañero.

Pablo Iglesias designó a Yolanda Díaz como candidata de Unidas Podemos a las elecciones generales, y ahora querría matarla. Políticamente. Las Mellis -Ione Belarra e Irene Montero- se pusieron celosas con la intervención de Díaz en la moción de censura del autor de la segunda parte de La Regenta, el vendedor de discursos por Amazon, que acaba de regalarle a Pedro Sánchez una última oportunidad. Díaz y Sánchez pueden sumar, pero antes deben resolver el problema de Pablo Iglesias, que sigue siendo el chamán de Podemos, por eso el PP viene haciendo estos días una apuesta indecente por el ex vicepresidente. Iglesias apretará hasta el final, como ocurrió en Andalucía, cuando su fuerza menguante logró imponer muchos cabezas de lista en las provincias, a pesar de que hasta llegaron tarde al registro.

En Málaga, Podemos quería desde hace meses presentar una candidatura propia, distinta a la de Por Andalucía y Más País, para medir fuerzas de cara a la elaboración de las listas de Sumar para las elecciones generales. Ha hecho el paripé, se ha unido y ha roto en un mismo día, y ahora habrá tres listas de izquierdas al Ayuntamiento de Málaga. La otra es la de Teresa Rodríguez. Cada una de ellas debería alcanzar el 5% de los votos para lograr un concejal, pero no tiene problema, lo importante es ser obispo de la diócesis, aunque la diócesis -de la Verdad, por supuesto- sea mínima.

Málaga es un anticipo de lo que Iglesias pretende hacer con Sumar: apretar hasta el final, aunque corra el riesgo de una división estéril. Aunque la quiera más que nunca, como Maximilien a Danton, Yolanda no va a romper con Pablo, vendrán meses dramáticos, comedias y dramas, pero ya no hay gillotinas, no correrá la sangre, las Mellis no pueden salir del Gobierno. Hace frío fuera.

Posdata: Robespierre también murió bajo la guillotina.

  

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