La esquina

josé / aguilar

Mas rebaja el suflé

AArtur Mas sus socios de Esquerra Republicana, gracias a los cuales sigue gobernando, le exigieron que condujera a Cataluña hacia la independencia, con o sin pacto con el Estado, y que lo hiciera rapidito, empezando por consultar a los catalanes, como primer paso, antes de acabar 2014.

Se lo ha pensado mejor. Su discurso independentista no ha cambiado aparentemente, pero varias realidades duras y entrelazadas le han hecho recapacitar: la firmeza de los grandes partidos españoles contra su aventura, el rechazo del empresariado catalán más influyente, el ridículo de sus excursiones al extranjero, la oposición de sus aliados democristianos en el Govern (Duran Lleida) y la constatación de que a mayor radicalismo en los planteamientos secesionistas más ganancia para ERC, han sembrado de dudas su proyecto.

Dudas que se traducen en una autoenmienda a la totalidad de lo proclamado. No habrá declaración unilateral de independencia, sino un proceso de diálogo para concertar una -supuesta- salida amistosa. Por las bravas, nada. Previamente se tratará de conocer la voluntad de los catalanes, pero a sabiendas de que la consulta que organice la Generalitat sin la anuencia del Gobierno español no tendrá consecuencias jurídicas ni traducción inmediata. Son iniciativas moderadas, insípidas, carentes de épica, ajenas a la trascendencia de los grandes eventos históricos.

Para disimular el carácter fallido de sus pretensiones originarias, Artur Mas ha hecho de la necesidad virtud: ahora dice que el ansia de independencia sólo era una parte más de su programa, "porque cuando reclamamos mejoras en el autogobierno queremos herramientas para poder actuar en el progreso económico y social". De ahí que haya trazado una hoja de ruta para su gobierno articulada en 7 ejes, con 77 objetivos y, nada menos, 355 medidas. Parece como si hubiera caído al fin en la cuenta de que estaba dedicando todas sus energías al soberanismo comunitario mientras los catalanes de carne y hueso se empobrecen bajo su mando. Pero qué va, enseguida avisa de que entre las medidas sigue estando la construcción de una agencia tributaria catalana, una justicia catalana y una Seguridad Social catalana.

No sé qué intenta Mas con esta maniobra de distracción, si acercarse a los desnortados socialistas de Cataluña, pedir una prórroga a ERC o ganar tiempo hasta que el PP pierda la mayoría absoluta.

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