La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El error de Tellado
La aldaba
El nuevo carril bici del Puente de San Telmo está señalizado a la inglesa. Faltaría sólo la voz de don Ramón Moreno de los Ríos, el brillante speaker que interviene en la plaza de toros de la Real Maestranza cada preciosa mañana de la exhibición de enganches, cuando anuncia con todo precisión las características de los carruajes que hacen su entrada en el Coso del Baratillo. Oímos entonces las hermosas narrativas de enganches a la calesera, a la inglesa o a la húngara. Y siempre llama la atención el carruaje limonera de uso individual. Pues en el puente podemos anunciar por megafonía a los ciclistas a la inglesa camino de Casa Juanma, antigua residencia de los Montpensier, o de la Plaza de Cuba, según sea el sentido de la marcha. Han pintado la señalización al revés. O a la inglesa, mejor dicho para salvarle el pelo al tío que ha metido el pinrel. El puente es como aquel Martes Santo de triste recuerdo. De hecho, mejor no acordarse... O como aquellos nuevos calabozos que se estrenaron una Feria de Sevilla, siendo delegado de Seguridad Ciudadana Luis Miguel Martín Rubio (“¡Adelante! ¿Dónde estás? ¡Dame envidia, dame envidia!”). Estaban tan orgullosos de las instalaciones que convocaron a la prensa en las dependencia policiales del real, cuando el empresario Miguel Gallego todavía no había inventado la pre-Feria con su anual potaje que es pórtico de los días de farolillos.
Pues andaba Martín Rubio presumiendo del estreno cuando quisieron probar los calabozos, se metió un periodista en uno de ellos y, oh sorpresa, el cerrojo estaba puesto... por dentro. ¿Cómo salir del atolladero? Luismi sacó el capote e improvisó la prueba como pudo: “No pasa nada, se mete al detenido dentro y se le dice: ‘¡Echa tú el pestillo, ciérrate tú mismo. A ver, que yo oiga el cierre, ¿eh? Y te quedas ahí quieto’. Ea, asunto resuelto, pero id arreglando esto cuanto antes ”. Ni que decir tiene que aquello fue un mitin, pero digerido con buen humor, que es el lubricante de la existencia. Hay entuertos que hay que pedir que no te ocurran, porque el índice de probabilidad de que sucedan existe. Como diría Rajoy, que tramitó la sucesión en la Jefatura del Estado: “Hay cosas que pasan, te tocan y hay que tirar para adelante. Chichichí”. Pues al gobierno local le han pintado al revés el carril ciclista de San Telmo, una chapuza. No es la primera ni la más grave. Mejor reír con moderación. Y proclamar que está pintado a la inglesa. Sevilla es Londres sin niebla. Londres es Sevilla sin procesiones. ¿No hay un trozo de Londres en el Círculo de Labradores o en Galán? Pues también en el Puente de San Telmo. Ruega por nosotros de cara a la Magna del 8 de diciembre.
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