Nazareth Castellanos, neurocientífica: "No sabemos para qué tenemos dos fosas nasales"
Investigación y Tecnología
La forma en la que respiramos puede afectar la actividad de los hemisferios cerebrales, influyendo en nuestras funciones cognitivas y emocionales
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La respiración, una función vital que realizamos de manera automática, tiene una influencia significativa en el funcionamiento cerebral. Investigaciones recientes han revelado que la forma en la que respiramos puede afectar la actividad de los hemisferios cerebrales, influyendo en nuestras funciones cognitivas y emocionales.
La doctora en neurociencia, Nazareth Castellanos, explica que cada fosa nasal está conectada de manera cruzada con un hemisferio del cerebro, es decir, que la fosa nasal derecha está conectada con el hemisferio izquierdo y la izquierda con el derecho. "Cada una activa un hemisferio del cerebro", asegura.
Esta conexión sugiere que la respiración por una fosa nasal específica puede estimular el hemisferio cerebral opuesto, modulando así diversas funciones mentales y emocionales. "Si hay cansancio o nerviosismo, una fosa (normalmente la izquierda) tiende a cerrarse más", manifiesta la doctora en neurociencia. En este sentido, prácticas de respiración como el Pranayama, provenientes del yoga, han demostrado equilibrar la actividad entre ambos hemisferios, mejorando la concentración y la regulación emocional. Si comprendemos la relación que hay entre la respiración y la actividad cerebral podremos contar con las herramientas necesarias para mejorar nuestro bienestar mental y físico.
La conexión entre la respiración nasal y la actividad cerebral
Estudios científicos han demostrado que la respiración por una fosa nasal específica puede influir en la actividad del hemisferio cerebral contralateral. Por ejemplo, la respiración por la fosa nasal derecha se asocia con una mayor activación del hemisferio izquierdo, relacionado con funciones verbales y analíticas, mientras que la respiración por la fosa nasal izquierda estimula el hemisferio derecho, vinculado a habilidades espaciales y creativas. Investigaciones utilizando electroencefalogramas (EEG) y magnetoencefalografía (MEG) han evidenciado que la respiración unilateral puede modular la actividad cerebral de manera significativa.
La neurocientífica explica que han diseñado un dispositivo que mide la respiración por ambas fosas nasales. "El mundo científico sabe un montón de muchas cosas y no sabemos para qué tenemos dos fosas nasales". En el siguiente vídeo explica con más detalle cómo funciona y cómo se relaciona la manera en la que respiramos con nuestro cerebro.
Además, se ha observado que la respiración por la fosa nasal derecha facilita la actividad del hemisferio izquierdo, como se mide mediante potenciales relacionados con eventos. Esta relación sugiere que la respiración nasal no solo es esencial para la oxigenación, sino que también desempeña un papel en la modulación de nuestras capacidades cognitivas y estados emocionales. La alternancia natural en la dominancia de las fosas nasales, conocida como ciclo nasal, podría estar vinculada a fluctuaciones en la actividad hemisférica y, por ende, en nuestras funciones mentales.
Pranayama: equilibrando los hemisferios cerebrales a través de la respiración
El Pranayama, una práctica milenaria del yoga que implica técnicas de control de la respiración, ha sido objeto de estudios por sus efectos en el cerebro. Se ha encontrado que estas técnicas pueden inducir estados meditativos, reducir el estrés y aumentar la capacidad pulmonar. Además, el Pranayama puede aumentar la coherencia de las ondas cerebrales entre los hemisferios, lo que se traduce en una mejor comunicación interhemisférica y, potencialmente, en una mejora de funciones cognitivas y emocionales.
Al practicar técnicas de respiración como el Pranayama, se busca también equilibrar el flujo de aire por ambas fosas nasales, promoviendo una activación más simétrica de los hemisferios cerebrales. Esto puede contribuir a una mejor regulación emocional, mayor concentración y un estado mental más equilibrado. La práctica regular de Pranayama ha mostrado efectos positivos en la actividad de las ondas cerebrales, lo que sugiere su potencial en la mejora del bienestar mental .
En definitiva, la neurocientífica nos enseña que la forma en la que respiramos tiene un impacto directo en la actividad de nuestro cerebro. Al comprender y aplicar técnicas de respiración consciente, como el Pranayama, podemos influir positivamente en nuestras funciones cognitivas y emocionales, promoviendo un mayor bienestar mental y físico.
Referencias bibliográficas
Pubmed (2026, enero-junio). Efecto de la respiración uninofosa sobre la hemodinámica cerebral: un estudio de espectroscopia funcional de infrarrojo cercano.
Pubmed (1991, junio). Pranayama y el cerebro se correlacionan.
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