SÍGANLE la pista a lo que se alumbra desde la parroquia de San Pío X, en Las Letanías. Alberga un programa de formación y sensibilización sobre familia, menores y barrio que debería extenderse a toda Sevilla. No es una monserga confesional. En octubre estuvo el filósofo José Antonio Marina. Hoy contarán con el fiscal jefe del Tribunal Superior de Andalucía, Jesús García Calderón. Detrás está la mano del cura Chamizo, Defensor del Pueblo. Ahora más que nunca es necesaria la unión de todos los sectores sociales, profesionales e intelectuales para constituir la tribu de cada barrio, que eduque de modo cohesionado y lúcido a los niños y jóvenes del presente. Toca conocerse y hermanarse, compartir experiencias y fundamentos. Aprovechar el encuentro para sus agobios y coordenadas mentales pasen la ITV del saber.

Felicitaciones al Centro de Investigaciones Científicas de la Cartuja por abrir sus puertas a niños del Vacie. Animo a Margarita Paneque, Ernesto Carmona y otros científicos a que perseveren. A ver si se da cuenta Jorge Morillo de que jugando pachanguitas de fútbol no alcanzarán la igualdad de oportunidades. Aunque eso a él le supere, hay que pensar en ellos. Que pisen más el barrio de la Cartuja y se llenen los ojos de ingeniería, células madre, wifi, fotosíntesis, aceleradores de partículas. Habrá más opciones para que dejen de decir: Estudiar, qué chungo, ¿no?.

También hay que replantear el papel de la tribu en Arahal. Antes que alentar la manifestación de miles de propietarios de casas ilegales para presionar en favor de su regularización (y que se les quede cara de tontos a los ciudadanos que sólo construyen en suelo urbanizable), que se tomen en serio erradicar para siempre la caza al desvalido como diversión de menores con ensañamiento. A punto han estado tres chavales de matar a una indigente. ¿A quién se indulta antes, a los padres ilegales sólo porque son muchos o a los hijos matones porque son rebeldes sin causa?