Cuando a la sonrisa del régimen se le ocurrió aquel eslogan de "menos Latín y más deporte", el ministro de Educación Nacional, que era el eximio científico Manuel Lora Tamayo sacó a paseo el ingenio: "Pepe, el Latín sirve, entre otras cosas, para que a los nacidos en Cabra se les conozca por egabrenses". Y es que Solís Ruiz era de esa localidad cordobesa, como lo es Carmen Calvo, la vicepresidenta del Gobierno. Y cuando deseábamos que ésta dijese que el PIB sube, la lista de parados baja y los niños podrán ir al colegio con plenas garantías sanitarias, resulta que no, que nos adelanta una segunda versión de Memoria Histórica bajo el eufemismo de Memoria Democrática. Un más de lo mismo de lo que urdió el que parecía irrepetible Zapatero para rescatar la desunión y el cainismo que parecían sepultados por la Transición. En fin, a ver cómo acaba esto...