Metro de Sevilla, entre el éxito y el ninguneo

Sevilla necesita que, de una vez por todas, se acometa la ampliación del Metro para poder garantizar su movilidad

El Metro de Sevilla cumple diez años con una sola línea operativa de las cuatro que se diseñaron y aprobaron por la Junta de Andalucía en 2002. La historia del transporte metropolitano de nuestra ciudad, cuyos primeros proyectos se remontan al tardofranquismo, es un claro ejemplo del abandono y ninguneo a los que muchas veces se ha visto sometida la que es de facto la capital de Andalucía, aunque no exista ninguna ley ni estatuto que regule esta realidad. Tras décadas de proyectos, debates, polémicas y obras abortadas, Sevilla cuenta con una sola línea de Metro, la número 1, cuyo incontestable éxito está avalado por las cifras: 17 millones de personas (tres más de los previstos) viajan anualmente en sus vagones. Pese a que las líneas 2, 3 y 4 cuentan con proyectos redactados desde 2011, ocho años después son una quimera.

En la actualidad, moverse por Sevilla, sobre todo cuando se hace entre barrios periféricos sin pasar por el centro, es una auténtica odisea, con la consiguiente incomodidad, pérdida de tiempo, consumo de energía y coste económico. Es incomprensible que una ciudad con casi 700.000 habitantes censados (más de un millón y medio si contamos su cinturón metropolitano) no cuente ya con una red de Metro. Una sola línea, por muy exitosa que sea -como la actual- es absolutamente insuficiente. Las administraciones deben reaccionar de una vez.

En los últimos tiempos hemos visto cómo el alcalde, Juan Espadas, ha intentado reactivar la construcción de la línea 3, para lo que ya se está conversando con la Administración central y la autonómica. Con el actual ciclo electoral, poco se puede esperar de la celeridad de Madrid. Sin embargo, sí hay que exigir a la Junta de Andalucía, la Administración que pese a tener una mayor responsabilidad en la cuestión se muestra más renuente, que haga todo lo posible para sacar adelante un proyecto que ya llega tarde a nuestra ciudad.

La actual consejera de Fomento, Marifrán Carazo, debe demostrar que el cambio que pregona su Gobierno también servirá para acabar con este llamativo déficit de infraestructuras en la ciudad hispalense. Ya no caben más excusas, y menos amparándose en el falso discurso del igualitarismo entre las ciudades andaluzas. Pese a quien pese, Sevilla tiene las dimensiones y la población que tiene, y necesita que de una vez se acometa la ampliación del Metro para garantizar su movilidad.

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