Tomás García

El bambú del Palacio de la Motilla

El bambú del Palacio de la Motilla
El bambú del Palacio de la Motilla

31 de mayo 2025 - 03:07

Miguel Ángel Desmaissieres y Farina (Caballero de la Real Maestranza de Caballería, Conde de Casa Alegre y Marqués de la Motilla) y su hermano menor Rafael (Conde de Torralva) emprenden en enero de 1886 un viaje a nivel mundial, el cual finaliza con el regreso a Sevilla en septiembre del siguiente año. Entre los exóticos enseres traídos desde tierras lejanas, portan semillas de bambú que siembran en el patio de la casa familiar de la calle Cuna. Este palacete es remodelado y ampliado entre 1924 y 1931 aprovechando el ensanche que se lleva a cabo en la calle Laraña, correspondiendo las trazas previas del proyecto al prestigioso arquitecto florentino Gino Coppedè y estando la dirección técnica a cargo de Vicente Traver y Tomás, el arquitecto que culminaría la magna obra desarrollada por Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla. La renovada mansión adquiere entonces la sugestiva imagen de fortín italianizante que hoy admiramos: un edificio almenado de estilo neogótico y elementos clasicistas con vanos geminados, paseos de ronda, logias y dos torres; la mayor se eleva unos veinticinco metros y recuerda la del Palacio Vecchio de Florencia. Se funde con el arte regionalista sevillano a través de la utilización de un bello ladrillo visto agramilado.

Aunque parezca sorprendente, los bambúes evolucionaron a partir de hierbas gramíneas durante el Periodo Mioceno, hace unos quince millones de años, debido a mutaciones que permitieron incorporar sílice en sus tejidos y proporcionar la consistencia necesaria para que los tallos erectos adquiriesen grandes tamaños. El bambú de la Motilla ha alcanzado una altura superior a los quince metros, aunque a día de hoy es algo menor debido a podas recientes. Pertenece a la longeva especie Dendrocalamus giganteus, cuyo nombre genérico proveniente del griego significa “caña arborescente”, siendo conocido comúnmente por bambú gigante o bambú dragón. En el patio donde se halla ubicado, junto a la entrada palaciega de carruajes, se encuentra acompañado de un vetusto magnolio blanco, de un altivo coco plumoso y de una añosa buganvilla de tronco retorcido que derrama sus hermosas flores fucsias sobre el muro que se halla delante de la torre de aires toscanos. El grandioso bambú ha permanecido muy cuidado hasta el presente, incluso con la ayuda de unos microdifusores de agua que mantienen la humedad necesaria para estas plantas tropicales. Es deseable que se mantenga en buen estado tras la compra del palacio hace un par de años por parte de un empresario cordobés, quien lo está acondicionando para que pueda ser visitado, al igual que lo es el vecino y espléndido Palacio de la Condesa de Lebrija. Plantado por los hermanos Desmaissieres hace más de ciento treinta y siete años, incluido en el Catálogo de Árboles Singulares, el bambú del Palacio de la Motilla es más antiguo que la misma torre-mirador y se integra por méritos propios en el patrimonio histórico-artístico de Sevilla.

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