La Guardia Civil interceptó la madrugada de ayer dos helicópteros utilizados para el tráfico de hachís desde el norte de África. Uno de los aparatos fue abandonado en un prado de Pilas con 300 kilos de hachís en su interior. El otro fue capturado en Osuna, después de que el piloto lograra deshacerse de la carga. El hallazgo de estos dos helicópteros se enmarca dentro de una investigación que la Guardia Civil mantiene abierta desde hace varios meses. El juez ha decretado el secreto de sumario sobre el caso, por lo que no ha trascendido aún si se ha detenido a alguna persona.

Ambas aeronaves llegaron a estos dos puntos de la provincia de Sevilla después de protagonizar una persecución con los helicópteros de la Guardia Civil desde Algeciras, que terminó alrededor de las doce y media de la noche del lunes al martes. En el caso de Pilas, el piloto logró aterrizar en un campo próximo al camino de Santillán, en la carretera entre Pilas e Hinojos, y huir en dirección al casco urbano del primero de estos municipios. Cruzó la carretera y, al llegar a las primeras casas, saltó una valla. Ahí se le perdió la pista.

Algunos testigos que lo vieron lo describieron ayer a este periódico como un hombre muy alto y fuerte, calvo, muy moreno, posiblemente iberoamericano. Iba vestido completamente de negro de pies a cabeza. El piloto tuvo la suficiente pericia -o la suficiente suerte- como para aterrizar en un prado lleno de cables de alta tensión, a oscuras y sin llevar luces. También debía conocer la zona porque no huyó hacia el campo sino hacia el pueblo y se perdió tras saltar una valla de chapa de una urbanización próxima a la carretera.

En el helicóptero se quedaron los 300 kilogramos de hachís, divididos en varios fardos. La carga estaba repartida por el interior de la cabina, de forma que apenas quedaba sitio para el piloto. Los helicópteros del instituto armado que perseguían esta aeronave aterrizaron instantes después en la carretera que une Pilas e Hinojos, que fue cortada al tráfico durante la noche, pero el piloto ya había huido cruzando precisamente esta carretera. La Guardia Civil investiga ahora la procedencia del helicóptero intervenido, que tiene matrícula española, y trata de averiguar si se trata de un aparato sustraído o no.

Durante la madrugada de ayer, los agentes de la Guardia Civil retiraron los fardos incautados y dejaron para la mañana las pruebas al helicóptero. Un equipo de la Policía Científica analizó los restos dejados en la aeronave para tratar de hallar posibles huellas que ayuden a identificar al piloto. A mediodía, el aparato seguía en el prado custodiado por la Guardia Civil.

En el caso de Osuna, los agentes se incautaron del helicóptero pero no encontraron droga en el interior, por lo que se sospecha que el piloto se deshizo de la mercancía al percatarse de la presencia de los agentes. El instituto armado investiga también la procedencia de este aparato y la relación que pudiera tener con el abandonado en Pilas.