La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), el organismo estatal que gestiona la cuenca, criticó este lunes la gestión de la Junta de Andalucía con la obra del desvío del arroyo Argamasilla de Écija, una competencia autonómica al atravesar el casco urbano de esta localidad sevillana. El Argamasilla se ha desbordado ocho veces en tres años causando miles de afectados. 

A preguntas de este periódico, el presidente de la Confederación Manuel Romero explicó que en 2012, durante una visita a Écija, ya advirtió a la Junta del riesgo que suponía dejar en el aire la obra del arroyo, cuyos trabajos se paralizaron el año pasado con el argumento de la falta de presupuesto. "Comenté públicamente que sería una barbaridad paralizar y abandonar esta obra, sobre todo después de la gran obra que se hizo en el Genil, que era el gran problema en Écija y que está funcionando bastante bien", afirmó Romero, quien insistió en que "en cuanto se desvíe se acabará la inundación de Écija, pero esa obra se abandonó por parte de la Junta en 2012". 

El director técnico de la Confederación, Juan Saura, explicó que "cualquier arroyo no necesita que llueva mucho para desbordarse". De hecho, el técnico avisó de que hoy hay que estar atentos a Écija ante el riesgo de que vuelva a repetirse un desbordamiento con las lluvias que se esperan. El problema del Argamasilla, dijo Saura, es que atraviesa el municipio y "la única solución técnica posible no es un malecón, sino sacarlo fuera del casco. No hay otra solución porque aunque lleve poca agua en volumen es suficiente para generar esas inundaciones. El agua no cabe por el entubamiento actual e inunda Écija". Sevilla también desvió en su día con muy buen resultado los arroyos del Tamarguillo, Miraflores y Ranilla. 

Los máximos responsables de la CHG explicaron que ni siquiera el nuevo embalse proyectado en la zona (la presa de San Calixto) serviría para evitar las inundaciones del Argamasilla. "Pero eso sería para el Genil. Y si el Argamasilla sigue sin estar encauzado seguirá existiendo el problema", dijo Romero. 

El 50% de la cuenca está en régimen natural; es decir, lo que cae va al Guadalquivir directamente sin pasar por embalses. "La obra del Genil funcionó perfectamente y el daño fue por los arroyos", explicaron los responsables. 

El director técnico del organismo hizo hincapié en el problema que tiene la Confederación con las pedanías y barrios periféricos construidos en zona inundable, ante la necesidad de hacer desembalses preventivos para afrontar las lluvias. "No se puede soltar más de 100 m3 por segundo sin hacer daño en un sitio que está en la zona de inundación de un río. Se inunda lo que está en zona inundable. Hay que acabar con estas situaciones. Ni los embalses provocan inundación, todo lo contrario", lamentó Saura. "Estamos haciendo encajes de bolillos para no provocar ningún daño a todas estas construcciones que están en zonas inundables", se quejó. 

A preguntas de la prensa, el presidente de la Confederación opinó que las administraciones públicas son conscientes del riesgo de estas urbanizaciones ilegales y de la necesidad de dejarle su sitio a los ríos. 

Sobre este punto, Saura dejó claro que "se inundan porque están en zona inundable y se inundarían aún más si no estuvieran los embalses", y añadió que, en términos globales, producen más daños las sequías que las inundaciones. 

La Confederación anunció este lunes que va a seguir en los próximos días con los desembalses de agua controlados para recuperar espacio en las presas ante nuevas lluvias. En mayo se inicia la campaña de riego, con lo que se desembalsará también agua para los cultivos de la cuenca. 

El presidente del organismo ha ordenado agilizar al mes de abril el inicio de la obra de 6,5 millones de euros en la cuenca del Guadalquivir para mejorar la capacidad de afluentes y arroyos por la vía de retirar los sedimentos acumulados. Son 89 actuaciones en 105 municipios. "Servirá para que el próximo otoño la cuenca del Guadalquivir se encuentre en mejores condiciones para evitar avenidas", dijo Romero, que negó que se trate de una limpieza. 

El director técnico, Juan Saura, aclaró que, aunque estén limpios, los ríos se inundan y reiteró que la solución es "no construir en zonas inundables" y construir defensas eficaces. 

Vídeo: Antonio Pizarro