Las rigideces del periodo preelectoral impidieron ayer dar un mayor relieve a la apertura al tráfico de un nuevo bulevar de los cuatro que articulan esa ciudad por habitar de Entrenúcleos, en Dos Hermanas, que fue rotulado con el nombre de Manuel Clavero Arévalo, presidente del consejo editorial del Grupo Joly. El alcalde, el socialista Francisco Toscano, uno de los numerosos alumnos del catedrático de Derecho Administrativo que han destacado en política, quiso estar presente cuando se retiraron las vallas de la que es la entrada desde Sevilla a este espacio, que unirá el núcleo principal de Dos Hermanas con Montequinto.

El acto sirvió para volver a poner de relieve la figura del que fuera diputado por Sevilla en las primeras elecciones de la recuperada Democracia, en 1977, y ministro de Adolfo Suárez, y cuya determinación fue estratégica en la configuración del Estado autonómico para que Andalucía no quedara relegada de regiones históricas. "Su conocimiento y su comportamiento de vida" ha influido en toda una generación, dijo Toscano. El nombre de Clavero Arévalo en el bulevar "es un reconocimiento y un homenaje a los valores de la Transición y de muchas personas, con diferentes procedencias e ideas, que dieron lo mejor de sí para una Transición modélica, que es ejemplo en el mundo entero" y que hay que seguir teniendo como referencia en estos tiempos de cambio. El que es Hijo Predilecto de Andalucía no pudo asistir a la apertura de la vía, pero el regidor confía en que cualquier día lo haga y conozca el imponente paseo, equidistante entre la Universidad Pablo de Olavide y la futura Loyola Andalucía, con su nombre. Así se lo trasladó cuando Guadalupe, una de las hijas que se acercó al acto, pudo hablar con él por teléfono.

Toscano aprovechó para describirle el lugar, imponente, como casi todo en Entrenúcleos: 110 metros de ancho, con tres carriles por sentido; aceras de 7,5 metros con carril bici; 60 metros de paseo, de bulevar en sí, en el que a lo largo de 1.136 metros -desde la Avenida de las Universidades hasta la gran plaza central que enlaza con el otro bulevar abierto al tráfico, el de Felipe González Márquez- se suceden zonas infantiles y de descanso. Cuando haya viviendas, tendrá también soportales. En ese bulevar y al margen del coste del viario y la urbanización, los promotores han invertido tres millones en mejoras. En uno de los laterales han quedado -una valla los separa- ocho metros de plataforma reservada para el tranvía, al que habrá que esperar, ya que depende no sólo de que la crisis acabe, sino de que la administración esté en condiciones de invertir y de que toda esta zona -en las que apenas se han estrenado unos bloques de VPO y han arrancado las obras de la Loyola- tenga vecinos suficientes como para hacer viable su puesta en marcha.

Toscano admitió que la crisis ha ralentizado el plan previsto. Pero que todo se da por bien empleado, vino a decir: el terreno está urbanizado, con infraestructuras básicas (de suministro de agua o de luz) preparadas, y no ha supuesto deuda municipal. Es lo que ha propiciado que los jesuitas hayan decidido emplazar en Entrenúcleos su universidad. A preguntas de los periodistas destacó además que empieza a haber más movimiento. Aunque legalmente se puede construir en cualquier parcela, el Ayuntamiento quiere alentar que las promociones que se vayan concentrando en la parte más cercana a Montequinto, también entre este bulevar y la Loyola y cerca de los servicios que ya existen y los bloques del III Plan Municipal de la Vivienda, BPO-2 y BPO-5, al que se podría unir en breve el 1.

El resto de los bulevares de Entrenúcleos llevan el nombre de Felipe González, Rafael Escuredo y José Rodríguez de la Borbolla (también, por cierto, alumnos de Clavero). Otras calles de Entrenúcleos se han rotulado con más nombres destacados de la Transición, como Adolfo Suárez, Plácido Fernández-Viagas, Calvo Sotelo, Miguel Manaute o Manuel Fraga.