Cuidado con el suelo, muchas veces las piedras están mojadas y resbalan.
Los primeros compases son en ascenso.
El camino irá muchas veces flanqueado por muretes.
Otra imagen de un callejón.
Hasta la mitad de la ruta, la sombra es casi continua.
Hay puntos en los que el terreno es algo más complicado.
El punto más alto está a unos 550 metros.
Cruce con el GR-41. Se va a la derecha.
La vegetación se abre un poco más a partir de la mitad.
El camino va en todo momento por bosques o dehesas.
El Castillo de las Guardas visto desde el sendero.
Estas son las señales que nos guiarán: amarillas y blancas.
Tras este portón se gira a la derecha y ya se baja al pueblo.
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