El proyecto más innovador y ambicioso de la historia de Tomares. Con estas palabras calificó el alcalde de este municipio del Aljarafe, José Luis Sanz, el plan que el Ayuntamiento tomareño presentó ayer ante la Consejería de Obras Públicas. Se trata de la construcción de un teleférico que uniría esta localidad con la ciudad hispalense en seis minutos para, así, tratar de aliviar los problemas de tráfico que sufre el área metropolitana, agravados por el insuficiente transporte público. Según declaró el edil, el Gobierno andaluz es el que tiene la última palabra: "Espero que se tomen tiempo para estudiar bien el proyecto y no se precipiten; confío en que nos den el visto bueno". 

De momento, el partido que gobierna en la Junta no ve con buenos ojos el proyecto. Así, el secretario general del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, aseguró que la presentación del proyecto demuestra "la desesperación de un partido que tiene que justificarse a pocos meses de las elecciones".

Para el PSOE es "una entelequia". Para el PP, una posibilidad real. El alcalde tomareño, también presidente del PP de Sevilla, explicó que el teleférico tendría un trayecto de 2,6 kilómetros. El tiempo de ejecución de las obras sería de un año y el presupuesto, financiado al 100% por la empresa concesionaria, sería de 20 millones de euros, "una cifra similar a los 19 que costó la primera fase del carril bici de Sevilla o muy inferior al Metrocentro, cuyo coste ha supuesto 90 millones de euros", señaló el edil. Sanz destacó que el proyecto "no le costaría ni un euro a las administraciones ni al ciudadano". 

El funicular tendría tres estaciones: saldría desde la rotonda de El Carmen, en Tomares; y, a continuación, tendría una parada intermedia en el Polígono El Manchón para, finalmente, llegar a su destino en la avenida Blas Infante de Sevilla, junto a la línea 1 del Metro. Este medio de transporte público estaría soportado por cinco torres de entre 34 y 56 metros sobre el suelo, llegando a alcanzar una velocidad de 7,5 metros por segundo. El tiempo del viaje sería de seis minutos y veinte segundos y el billete costaría 1,5 euros. El teleférico contaría con 18 cabinas que tendrían capacidad para 30 personas, 24 sentadas y seis de pie, por lo que, según los cálculos del Consistorio tomareño, el funicular lo usarían más de 3.000 pasajeros cada hora. Las cabinas estarían adaptadas para sillas de ruedas, bicicletas y carritos de bebé. Además, estarían climatizadas y tendrían cristales panorámicos.

Sanz aseguró que el teleférico eliminaría 20.000 vehículos de la carretera, lo que supondría un ahorro de tiempo a los vecinos, pues los habitantes de su municipio emplean de media una hora en un trayecto de poco más de cuatro kilómetros. El edil también aseguró que se reduciría la contaminación al evitar la emisión de CO2 que producen los 7,3 millones de coches que dejarían de circular al año.

Sanz declaró que la solución definitiva para el tráfico en Tomares sería el Metro. "Presentamos alegaciones para que las líneas 1 y 2 llegaran hasta nuestro municipio, pero la Junta ni siquiera las estudió. Esperé cinco meses que la antigua consejera, Rosa Aguilar, me diese cita, pero al parecer no podía porque estaba todo el día acompañando a Juan Espadas". El alcalde definió a la localidad aljarafeña como una isla. "A un lado tenemos el Metro, al otro la ampliación del Cercanías y detrás un tranvía que se encuentra atascado y que no solucionaría los problemas reales de tráfico de Tomares", explicó el edil.

Tomares ha multiplicado por diez su número de habitantes en los últimos 30 años por lo que, según Sanz, la Junta debería haber previsto este crecimiento "y planificar las infraestructuras necesarias, porque todo lo que nos presentan son parches". El alcalde aseveró que el teleférico será rentable.