Provincia

Diez autobuses de Casal son apedrados con los viajeros dentro

  • La empresa habla de "ataque terrorista" mientras que los huelguistas niegan su vinculación con los actos vandálicos

La empresa Casal tachó ayer de "terrorista" el ataque que sufrieron los 10 autobuses que la noche del viernes realizaban el servicio, que se saldó con 14 lunas rotas, aunque sin heridos, un suceso que relacionó con la huelga que mantienen los conductores de la empresa de transporte. El Sindicato de Conductores, sin embargo, negó que los trabajadores que secundaron la protesta tengan vinculación con los hechos y recordó que ya se comprometieron a denunciar a cualquiera que sea identificado cometiendo un acto de este tipo.

El director gerente de Casal Luis Martín, lamentó que, después de la tranquilidad con la que transcurrieron los primeros días de la huelga, el viernes se apedrearan diez autobuses en funcionamiento, por lo que hubo que suspender el servicio. Calificó los hechos de "sabotaje" y "barbarie terrorista que nada tiene que ver con la huelga" y explicó que pudo haber heridos, ya que todos los coches iban con viajeros. "En un caso, los cristales cayeron sobre una señora que llevaba un niño en brazos. No resultó herida, pero da idea de cómo se está operando durante la huelga", destacó.

Además de estos incidentes, en los días anteriores se registraron otros en Castilblanco y El Viso, donde se rompieron los cristales de dos vehículos y se taponó con silicona la cerradura del portón del garaje. Sólo en el área metropolitana de Sevilla, el paro técnico convocado por la Agrupación Sindical de Conductores (ASC) afecta a Carmona, El Viso, Mairena del Alcor, Alcalá de Guadaíra, Camas, Santiponce, La Rinconada, Alcalá del Río y Dos Hermanas. La población potencialmente afectada supera las 240.000 personas, con una media de 13.500 viajeros por día.

Por su parte, los trabajadores de Casal se desvincularon ayer de los actos vandálicos y anunciaron nuevas protestas y una manifestación para el día 26 de mayo, que está pendiente de la autorización de la Delegación del Gobierno.

En declaraciones a Europa Press, el secretario general de ASC, Francisco Javier Márquez, insistió en que no quieren verse "involucrados en nada" relacionado con los actos vandálicos y "la empresa lo sabe". Sin embargo, reconoció que "los trabajadores que quieren trabajar están recibiendo presiones", pero negó que éstas partan de los huelguistas. "Tenemos constancia de que se está amenazando y acosando a los compañeros de contrato con el despido antes incluso de empezar a trabajar", concluyó.

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