Urso 2023 es uno de los campos de voluntariado juvenil que este verano oferta el Instituto Andaluz de la Juventud en la comunidad. Está dedicado a organizar el ocio y tiempo libre de personas con diversidad funcional, ofreciéndoles actividades amenas que les sirvan para expresarse y relacionarse. En este campamento coinciden, entre el 17 y el 31 de julio, una veintena de jóvenes voluntarios y una veintena de jóvenes con discapacidad de entre 18 a 24 años. "Es una experiencia enriquecedora que me gustaría repetir el próximo año", coinciden todos.

Este tipo de encuentro fomenta la convivencia, el trabajo en equipo y también la diversión. Así lo destaca Carmen María Rodríguez, voluntaria del municipio de Alameda (Málaga) y que estos días se encuentra en Osuna. "He visto la vida con otra perspectiva porque las personas con diversidad funcional que participan en este campo son capaces de ver el lado positivo de todas las cosas, además son un ejemplo para todos", subraya. Para Carmen María esta es una experiencia "que merece la pena, que te hace crecer como persona. Yo, por ejemplo, he cogido más confianza en mí misma". Por su parte, María Esperanza Santos, voluntaria de Montoro (Córdoba), se queda "con lo muchísimo que ha aprendido durante estos días de personas maravillosas".

Este campo de voluntariado ofrece la posibilidad de aprender, disfrutar y compartir entre el grupo participante compuesto por jóvenes con diversidad funcional y jóvenes voluntarios y voluntarias, todo ello mediante el desarrollo de actividades de ocio y tiempo libre. También busca contribuir al cambio social, a través de la sensibilización ciudadana, el intercambio de experiencia y la colaboración entre movimientos asociativos y entidades públicas. De hecho, estos días han realizado talleres de danzaterapia y creación artística, fiesta temática de disfraces, natación adaptada, programas de radio, visitas guiadas por el municipio de Osuna, concursos o noche de debate.

Pero, sin duda, una de las actividades que más interés ha despertado ha sido llevar a escena la obra de teatro ‘El trastero de los instrumentos’. María del Carmen Aguilar, una de las personas con diversidad funcional participantes, asegura que le “ha encantado bailar y aprender”. “Deseo que los voluntarios se lleven una buena experiencia y que repitan el próximo año”, afirma. En esta obra se pone en valor “el compañerismo, trabajar en equipo, la diversión y valores como la igualdad de todas las personas sin importar sus condiciones y circunstancias”, enfatizan las voluntarias Carmen María y María Esperanza.

Compromiso con los jóvenes

El director del Instituto Andaluz de la Juventud, Carlos Corrales, ha visitado esta semana el campo de voluntariado de Osuna y ha resaltado que “estos campos son una muestra más del compromiso de la Junta con toda la juventud andaluza”. “Con este tipo de actuaciones además se favorece la inclusión social de los jóvenes con discapacidad funcional, que son un ejemplo de superación para toda la ciudadanía, resultando una experiencia muy enriquecedora para ambas partes”, ha incidido.

Corrales ha recordado que el Instituto Andaluz de la Juventud ha ofertado este verano un total de 120 plazas. “El desarrollo de estas actividades constituye una forma particular de servicio voluntario que cuenta con una larga tradición e implantación”, ha apuntado el director del IAJ.

En definitiva, estos campos reúnen a un grupo de jóvenes de diferentes procedencias que se compromete, de manera voluntaria y desinteresada, a desarrollar un trabajo medioambiental, arqueológico o de

intervención social, al mismo tiempo que disfrutan de actividades complementarias de carácter cultural y de ocio durante 15 días.