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La familia de Rocío Caiz: "Estamos destrozados, como si estuviéramos muertos"

Indignación de los padres de Rocío Caiz por el recurso de la Fiscalía / Antonio Pizarro

El recurso de la Fiscalía contra la condena a prisión permanente revisable al descuartizador de Estepa ha causado una profunda indignación en la familia de la víctima, Rocío Caiz, que fue asesinada y desmembrada por su ex novio, Adrian Negrut, el 2 de junio de 2021. El Ministerio Público denunció a finales de diciembre que el veredicto del jurado popular fue irregular y que se le impidió valorar su relato, según el cual la víctima no fue violada. Por ello, pide la repetición del juicio.

Por tanto, según sostiene la Fiscalía, el caso no entraría en los supuestos en los que se puede condenar a una persona a una pena de prisión permanente revisable. Al margen de los delitos de terrorismo, magnicidios y del crimen organizado, estos son que la víctima sea menor de 16 años (Rocío Caiz tenía 17) o una persona especialmente vulnerable, que se trate de un crimen múltiple o que el asesinato fuera precedido por un delito contra la libertad sexual. Este fue el punto en el que se basó la Audiencia de Sevilla para imponerle al descuartizador la máxima pena.

La familia de la víctima no entiende el recurso presentado por el Ministerio Público. "Entendemos que recurra su abogado, pero no que lo haga la Fiscalía. Ya está condenado, ha sido juzgado en un juicio justo, con todas las garantías y en el que se han presentado todo tipo de pruebas contundentes, ¿a qué viene ahora este recurso? No sé si es que quieren destruir a la familia, que ya está prácticamente destrozada", explica María Pozo, madre de Rocío Caiz, que atendió esta semana a este periódico en su pueblo, Martín de la Jara, una pequeña localidad de la Sierra Sur de Sevilla, situada a más de cien kilómetros de la capital y muy cerca ya del límite con la provincia de Málaga.

Protesta en Martín de la Jara, pueblo natal de Rocío Caiz. Protesta en Martín de la Jara, pueblo natal de Rocío Caiz.

Protesta en Martín de la Jara, pueblo natal de Rocío Caiz. / Antonio Pizarro

Rocío Caiz residía en este municipio con sus padres, después de que hubiera cortado la relación con su asesino, un joven de 21 años de origen rumano con el que tenía un niño, de entonces cuatro meses. El pequeño cumplió el pasado miércoles tres años y se cría con sus abuelos maternos. Es la única motivación que tienen los padres de la joven asesinada para seguir adelante. "Para nosotros no ha habido Navidades ni hay nada, ninguna otra fiesta. Lo único que celebramos son los cumpleaños del niño, eso sí, por él", expone la madre de la víctima.

"Imagine lo que es esto para una madre. Es muy difícil. No hay vida. Tengo que simular que estoy bien porque tengo más hijas, y tengo que seguir adelante, pero el cuerpo se cae y una tiene que resistir. Sólo pido que le dejen su condena, que es lo mínimo que puede pagar. Que lo dejen tranquilo", insiste una y otra vez la mujer, que el pasado lunes convocó una pequeña concentración en la plaza del Ayuntamiento de Martín de la Jara, a la que acudieron algunos de los vecinos del pueblo, con camisetas con la imagen de Rocío Caiz y lemas pidiendo Justicia, como ya hicieron en los juzgados de Sevilla antes del juicio.

Asegura María que le ha pedido explicaciones a su abogada, "pero ella tampoco lo entiende, no le vemos lógica ni razón". "Todas las pruebas contundentes están ahí. Pido que no le acepten ese recurso a la Fiscalía". Para ella, esta medida supone "tener que revivir otra vez todo". "Tenemos que intentar sobrevivir y tener un descanso. Han sido dos años y medio de lucha, de lucha, de lucha... Yo no tenía que haber luchado tanto. Yo no soy la misma persona, estoy destrozada. Que al asesino lo dejen condenado y a nosotros vivir tranquilos. Que cumpla al menos una parte del daño que ha hecho", añade la mujer.

Vecinos del pueblo se suman a las protestas. Vecinos del pueblo se suman a las protestas.

Vecinos del pueblo se suman a las protestas. / Antonio Pizarro

Su marido, Manuel Caiz, apenas habla durante la entrevista. Sólo interviene para apuntar que la prisión permanente revisable es la pena que el asesino "se merece". "Es la máxima para que nosotros podamos descansar dentro de lo que cabe, porque la familia está destruida", añade su esposa, que admite la dificultad de seguir adelante día a día tras la muerte de su hija. "Yo tengo también mis niñas (tiene dos hijas más, una de ellas menor de edad) que tienen que hacer su vida. Es muy difícil. Lo único que pedimos es que le mantengan la pena que le han echado".

Algún día tendrá que explicarle a su nieto que su padre mató a su madre. "No pienso en el día que tenga que explicarle eso a mi nieto. Seguramente se lo digan porque este es un pueblo muy chico. Pero yo no sé si llegaré a ese día porque estoy destrozada. Insisto en que a mí me tenían que haber dejado descansar desde que me quitaron a mi niña, y sin embargo sólo he hecho luchar en estos dos años y medio".

Rosa, la abuela materna de Rocío Caiz. Rosa, la abuela materna de Rocío Caiz.

Rosa, la abuela materna de Rocío Caiz. / Antonio Pizarro

Luchar, dice, para pedir Justicia, organizando manifestaciones en la puerta de los juzgados, tratando de que su voz fuera oída y que el asesinato de su hija no perdiera la atención mediática y social que requería. "Hemos tenido que montar manifestaciones. Nunca nos hemos sentido apoyados por la Fiscalía, al revés. En un primer momento decía que era un homicidio y no asesinato (el Ministerio Público solicitó una pena de 14 años). Por eso han sido dos años y medio tan duros, en los que no hemos parado de luchar, en vez de haber estado descansando, guardando nuestro luto".

Sostiene María Pozo que su salud mental no pasa por su mejor momento. "El tema mental es mejor ni tocarlo. Demasiado que tenemos que criar a un bebé. Sólo pido que España se ponga en pie conmigo y le pida a la Fiscalía que esto no es justo lo que está haciendo con la familia. No sé de dónde sacamos fuerzas", insiste una otra y vez. Manuel Caiz, cabizbajo, sentado en un banco, añade: "Está yendo a favor del individuo, en vez de a favor de las víctimas".

La familia de Rocío Caiz, en Martín de la Jara. La familia de Rocío Caiz, en Martín de la Jara.

La familia de Rocío Caiz, en Martín de la Jara. / Antonio Pizarro

Al matrimonio lo apoyan varios familiares, como Rosa, la abuela materna de Rocío Caíz. O Fernando Pozo, tío materno. "Tengo entendido que la Fiscalía debe protegernos a nosotros, no al acusado. Más cuando se ha celebrado un juicio justo, con todas las garantías, y se le ha condenado. Había pruebas contundentes y se le condenó". "Si no lo quiere aceptar, que no lo hubiera hecho", apunta la abuela.

"¿Y cómo fue, eh?, hablando con su móvil con nosotros como si fuera ella". Recuerda el padre los días de la desaparición de su hija, en los que el asesino cogió el teléfono móvil de la víctima y le dijo a sus ex suegros que se había marchado con un joven de Badajoz, con el que pretendía supuestamente iniciar una relación. Todo era mentira, Rocío ya estaba muerta entonces. "Fue muy doloroso", apunta la madre. No fue hasta varios días después cuando Adrian Negrut confesó el asesinato a su madre y ésta lo entregó a la Guardia Civil. Lo hizo porque ella lo había dejado, había roto la relación, y luego la convenció para que fuera a Estepa a su casa. "¿Qué le diría para que ella fuera para allá en un taxi? ¿Quizás le amenazó con hacernos algo a nosotros? Si no, mi hija no habría ido"...

María Pozo y Manuel Caiz aseguran que se sienten apoyados por el Gobierno y distintas instituciones públicas, y que por eso se ha "hecho esta Justicia digna". "Yo estuve en el juicio, reviví otra vez todo lo que le pasó a mi hija. No hay derecho a esto. Si tengo que levantar España levantarla, pero que no le quiten esa condena, por favor".

Vecinas respaldan la protesta de la familia. Vecinas respaldan la protesta de la familia.

Vecinas respaldan la protesta de la familia. / Antonio Pizarro

"Estamos destrozados, como si estuviéramos muertos. Vivimos porque tenemos que hacerlo. Se han llevado la alegría de la casa. Era una niña muy humilde y muy alegre, que se iba riendo por todos lados. No hay derecho a quitarle la vida de esa manera a un ser humano, sea mi nieta o sea quien sea. Y se sigue asesinando, ¿por qué los gobiernos no paran esto?", se pregunta la abuela de Rocío Caiz.

Su madre también la recuerda sonriente. "Era la luz de la casa, ¿Cómo voy a recordar a mi hija? Se han llevado nuestras vidas. Vivo porque tengo que vivir. Me siento trastornada. No sé ni cómo me levanto ¿Esto quién lo paga? Demasiado que lo único que queremos es Justicia, no otra cosa. No tenemos vida, lo único que hacemos es criar al niño.

Los vecinos de Martín de la Jara apoyan a la familia. Acuden siempre que pueden a los llamamientos que hace María Pozo y se colocan las camisetas que la hermana menor de Rocío reparte. En ellas se muestra una foto de la joven asesinada con varios mensajes. "Todos juntos para hacer Justicia para Rocío Caiz. Ni una más. Todos somos Rocío. Vuela alto, princesa, lucharemos hasta el final para hacer Justicia". Una vecina pide a la fiscal que se ponga un minuto en la piel de María. "Sólo uno".

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