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Asesinato en Marchena

El presunto autor del crimen propinó a su ex pareja 17 puñaladas

  • El auto relata que el imputado "le dio un beso y le dijo que le quería" momentos antes de causarle la muerte.

Fernando F.G., el hombre de 35 años de edad que fue detenido este martes por el presunto crimen de su ex pareja sentimental, I.D.R., de 28 años, en una vivienda de la calle Maestro Moreno Torroba de la localidad de Marchena, propinó a la víctima en torno a 17 puñaladas con un cuchillo de cocina tras "darle un beso y decirle que la quería", después de lo cual permaneció en el domicilio siendo detenido por la Guardia Civil. 

En un auto, el juez Manuel Ruiz de Lara relata que los hechos sucedieron en la tarde del día 27 de diciembre, cuando el detenido se dirigió a la vivienda de su ex pareja y "buscó un lugar donde esconderse, permaneciendo en el piso durante 45 minutos", en los que "cogió un cuchillo de la cocina" y se metió en el cuarto de juguetes para esperar a que llegara su ex novia. 

Al llegar la víctima en compañía de su actual pareja, J.L.O., y de la hija de tres años que había concebido junto al imputado, éste continuó escondido detrás de la puerta del cuarto de juguetes. Así, cuando J.L.O. entró en estas dependencias, el presunto agresor salió de detrás de la puerta y, "sin mediar palabra", le dio un puñetazo y le cortó en el cuello con el cuchillo que llevaba en la mano. 

Tras ello, el agredido huyó del piso, saliendo detrás de él el detenido "con la intención de seguir agrediéndole y apuñalarle", momento en el cual la víctima se interpuso entre ambos, "impidiendo" al imputado que continuase persiguiendo a su novio, que salió de la vivienda. Seguidamente, el detenido asestó dos puñaladas en el pecho y el cuello a su ex novia, "dejándola malherida y tirada en el suelo".

En ese instante, el imputado vio a la hija menor de ambos, por lo que la cogió y la llevó a casa de unos vecinos, a los que dijo que se quedasen con la niña "porque había matado" a la víctima; posteriormente, el detenido fue a un bar y manifestó a dos amigos que avisasen a la Guardia Civil "porque había matado" a I.D.R., según apunta el auto. 

Acto seguido, el imputado, que ha reconocido los hechos, regresó al lugar de los hechos y encontró a su ex pareja "aún viva tirada en el suelo, en un charco de sangre", tras lo que cogió a la víctima, "le dio un beso y le dijo que la quería, y seguidamente cogió varios cuchillos de la cocina dándole en torno a diez o 15 puñaladas, causándole la muerte".

El juez destaca que el detenido, en su declaración judicial, "ha relatado con plenitud de detalles y absoluta frialdad" los hechos acaecidos, unos hechos que "revelan que actuó con premeditación, concurriendo una actitud alevosa al esconderse en el cuarto de juguetes, asegurándose previamente de proveerse de un cuchillo".

"El tiempo transcurrido de espera entre la llegada al domicilio del detenido y la llegada de las víctimas evidencian que el imputado tuvo tiempo suficiente para pensar los actos que iba a cometer y que tenía plena conciencia y conocimiento de los actos que iba a ejecutar", prosigue el juez, añadiendo que el detenido, "en una actitud de absoluta agresividad, persiguió" al novio de su ex pareja "con la clara intención" de matarlo. 

Así, "resulta evidente que el imputado tenía pleno conocimiento de lo que hacía, pese al alcohol ingerido", una circunstancia que "no le impidió en modo alguno planificar sus acciones, organizando el modo de atacar a sus víctimas". "Ciertamente significativo resulta la afirmación del imputado, quien manifestó sin ningún género de dudas que no había consumido" drogas y que el alcohol "no le impedía ser consciente de lo que estaba haciendo". 

"El detenido actuó con una frialdad extrema; su actitud y acciones evidencian un comportamiento netamente inhumano, destinado a causar el mayor sufrimiento posible a su ex pareja", añade, aseverando que "sorprenden las manifestaciones del detenido, quien preguntado sobre el motivo por el que no avisó a una ambulancia o no trató de taponar las heridas que tenía" su ex novia, "lo único que acierta a manifestar es que no se le ocurrió solución mejor que rematarla asestándole más puñaladas".

"Su comportamiento, razonamiento y afirmaciones evidencian un desprecio absoluto e integral por la vida humana, deduciéndose indicios claros de una personalidad violenta, agresiva y constituyendo un claro y evidente peligro social", asevera el juez, quien ordenó el ingreso en prisión del detenido por un delito de asesinato, otro de tentativa de homicidio -ya que también hirió a la pareja de la víctima- y un delito de quebrantamiento de condena. 

En el auto de prisión, el juez también ha acordado la suspensión del régimen de visitas y del ejercicio de la patria potestad de la hija menor de edad que tenían en común agresor y víctima.

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