Las personas de cierta edad que han crecido en un pueblo, cuando las distancias con el mundo urbano eran más que de kilómetros de por medio, saben hasta dónde llegaba la expectación con la que se acudía al cine. La captó Giuseppe Tornatore en su Cinema Paradiso y no cayó en el olvido cuando los pequeños cines fueron cerrando. En los años de bonanza y burbujas, hubo promotores que apostaron por modernas salas en centros comerciales también en algunas ciudades medias de la provincia que en su mayoría no se han consolidado por la crisis y los cambios en el sector o, tal vez, porque no estaban dimensiadas para la población del entorno.

Pero ello no ha hecho que en muchos de esos enclaves se hayan dejado de anhelar las sensaciones de un cine y son muchos los ayuntamientos que tienen claro que se trata de una de las ofertas culturales más demandadas. Tampoco los empresarios del sector han renunciado a proporcionárselas. De hecho, con nuevas fórmulas, las proyecciones se empiezan a recuperar en algunos enclaves de la provincia. El último en vivir un estreno en su cartelera ha sido Osuna, en donde, después de tres años sin salas abiertas, este fin de semana se está proyectando Un monstruo viene a verme, el éxito del momento de Juan Antonio Bayona. Ha sido posible por una nueva fórmula, que ya funciona en Estepa, y que, según apuntan profesionales del sector, podría extenderse a otros núcleos similares. Se trata de un acuerdo entre el Ayuntamiento, que cede el lugar de proyección -en el caso de Osuna, el auditorio del Conservatorio de Música- y el empresario, Cines Méliès, que realiza la inversión en los equipos y de la pantalla, adquiriéndolos o alquilándolos, y del personal. El hecho de no tener que pagar por la sala -equipamientos públicos, a veces infrautilizados- abarata los costes y permite que los precios de las entradas puedan ser más asequibles: 4 euros.

Aunque, en principio, esta sala de cine funcionará en Osuna sábados y domingos, con servicios complementarios como ambigú, la intención es ampliar las exhibiciones a jueves y viernes. Osuna tiene unos 18.000 habitantes, pero también una importante población universitaria -1.300 jóvenes- para los que el cine puede ser una opción de ocio jueves y viernes. Este mismo espacio ya acogía proyecciones, pero no eran películas de estreno y se ofrecían gratuitas, para completar la actividad cultural del municipio. En Estepa funciona una colaboración similar, también con Méliès, desde finales de 2013. Las proyecciones se realizan, en este caso, en la Casa de la Cultura municipal.

Rodríguez destaca que, aunque su empresa tiene otras líneas de negocio, como cafeterías, esta fórmula les está permitiendo subsistir y mantener la ilusión por un sector, el cine, y por un ámbito, el de los pueblos, en el que se han movido siempre. Es oriundo de Pedrera y, hasta 2012, cuando se produjo la conversión de los 35 milímetros al formato digital, que necesitaba más inversión, la empresa mantenía cines similares en Pedrera, Casariche, Los Corrales o El Saucejo, municipios aún más pequeños que Estepa y Osuna. El mayor coste de los equipos digitales y el IVA cultural dificulta la viabilidad ahora de esas proyecciones, salvo con una mayor implicación económica de los ayuntamientos, en un mal momento para dispendios.

Con un formato distinto, en este caso con un acuerdo entre empresas privadas, también funciona una sala de cine en Marchena, otra ciudad media de la Campiña que no llega a los 20.000 habitantes. El cine Planelles -un establecimiento casi mítico en el municipio- reabrió también a finales del año 2014 gracias a un acuerdo entre los propietarios del inmueble en el que se ubica la sala con Al Ándalus-CineÁpolis. Tiene proyecciones de jueves a domingo.

También con un convenio entre una distribuidora, Atlántico Multicines, y el Ayuntamiento ha habido cine en Los Palacios desde finales de 2011 y hasta principios de 2015, cuando finalizó el acuerdo. En este caso, el Ayuntamiento cedía las instalaciones del Teatro Municipal Pedro Pérez Fernández. Según indican fuentes municipales, las proyecciones no se han retomado en este tiempo porque ha sido un año intenso en cuanto a actividades locales, que hacían que el teatro no estuviera disponible todos los días que la distribuidora preveía poner películas para que el convenio le fuera rentable. No obstante, la intención municipal es retomarlo con una misma fórmula de cara al próximo invierno, cuando el cine, como actividad de ocio y cultura, tiene más demanda.

Al margen de estas salas en Osuna, Estepa y Marchena y más allá de las que funcionan en municipios del área metropolitana de Sevilla, también hay salas de cine en Écija, que se han convertido en un reclamo para toda su área de influencia, dada la distancia con la capital. En ese caso, sí sigue funcionando la fórmula de salas de cine, seis en total, dentro de un centro comercial y de ocio.