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Provincia

Cuando las servidumbres se convierten en un balón de oxígeno

  • La compensación por estar cerca del almacén de residuos nucleares de El Cabril supone en Las Navas el 23% del presupuesto municipal y el 8% en Alanís · Arahal exige nuevas compensaciones por la base de Morón

Cuando la mayoría de los ayuntamientos de Sevilla intentan recortar de donde sea para cuadrar unas cuentas en las que los ingresos no paran de bajar, hay algunos que, por estar cerca o acoger instalaciones singulares, reciben un balón de oxígeno que les permite nadar y guardar la ropa. Incluso ahora. Los casos más significativos son los de dos poblaciones de la Sierra Norte, Las Navas de la Concepción (1.709 habitantes) y Alanís (1.859), que reciben al año cantidades que superan los 400.000 y los 200.000 euros, respectivamente, por estar en el área de influencia del almacén de residuos nucleares de media y baja intensidad de El Cabril, en la provincia de Córdoba. Son dos de los cuatro recogidos en la orden ministerial que, desde los años 90, regula esa zona, junto con Hornachuelos, en el que se levantan las instalaciones y se lleva el 50% de los fondos que se reparten, y Fuente Obejuna.

Para calibrar el peso de esos fondos en el Ayuntamiento de Las Navas -a ocho kilómetros a línea recta de El Cabril- basta con compararlos con su presupuesto municipal, de dos millones. Los 450.000 euros que recibió el año pasado supusieron casi el 23% de todos sus ingresos. Hay una cantidad fija y otra variable, en función de los residuos que entran en el almacén, que en 2011 se incrementaron en un 1,7%, la cifra más alta desde su puesta en marcha, por el desmantelamiento de la central nuclear de Zorita (Guadalajara). "No tenemos deudas, nos permite cuadrar el presupuesto e incluso cerrar a veces con superávit", explica el alcalde, José Enrique Rodríguez. Al margen de ello, el viernes 25 de enero se aprobó en el Pleno el nuevo convenio de colaboración con la Fundación Enresa, por el que el Consistorio recibirá otros 120.000 euros en tres años para actividades culturales, sociales y deportivas.

En el caso de Alanís, la cantidad es más pequeña, porque está más alejado. Según su alcalde, Cecilio Fuentes, los 220.000 euros que se recibieron en 2011 suponen el 8% de todo el presupuesto local, incluyendo el dinero de la fundación y los fondos de libre disposición para el Ayuntamiento. Como ocurre en Las Navas o en los otros dos pueblos del área de influencia del almacén, Enresa se ha convertido además en el salvavidas al que se acude cuando el dinero escasea para algún proyecto, como las emblemáticas Jornadas Medievales -reclamo turístico de la localidad- y que algún año se han podido organizar gracias a sus aportaciones.

Algo similar a las compensaciones que tienen Alanís y Las Navas fue lo que reclamó en su día Francisco Casero, alcalde de El Castillo de las Guardas, por el hecho de acoger en su término un largo trayecto -20 kilómetros, entre la A-476 y la carretera nacional- que los camiones que portaban residuos peligrosos hasta el vertedero de Nerva (Huelva) tenían que hacer si venían de Andalucía Oriental y del Puerto de Sevilla. No fue atendido y ahora las instalaciones están cerradas, pero no descarta poner la reivindicación sobre la mesa si vuelven a activarse.

El Ayuntamiento de Arahal, en cuyo término municipal se asienta íntegramente la base militar que lleva el nombre del vecino Morón, irá más allá, después de que el Estado suspendiera en 2011 la asignación que le venía aportando desde 2005 por acoger unas instalaciones que ocupan el 7,2% de su territorio y por las que no cobra nada, ni IBI, ni licencias de obras. La excepción son 14.910 euros al año por el sello del coche de los 123 vehículos que tiene el Ejército americano y según la documentación que se le hace llegar. El español, está exento.

El delegado de Hacienda, Jonatan Morillas, avanzó a este diario que el grupo parlamentario de IU intentará que la compensación vuelva a incluirse este año. Si su exigencia no es atendida, el Consistorio está dispuesto a iniciar "acciones legales" para reclamar esa ayuda y su regulación. Entre 2005 y 2007, a raíz de una enmienda a los Presupuestos Generales presentada por el Grupo Socialista, Arahal estuvo recibiendo 500.000 euros, que se redujeron a la mitad, 250.000, entre 2008 y 2010. El año pasado ya no se recibió nada a causa de los recortes y a que, pese a mantenerse varios años, la ayuda se había articulado como una subvención discrecional. En su momento, se propuso al Ministerio de Administraciones Públicas que se regulara, cuantificando el dinero que el Consistorio deja de percibir por el hecho de ser unas instalaciones de interés para la defensa del país, exentas de cualquier pago y por la servidumbre de vuelo que supone para un amplio trozo del término. Exige el mismo trato que se da a los municipios de influencia de instalaciones como la de El Cabril, según Morillas.

Durante los años 2007 y 2008 también recibieron compensaciones por la servidumbre de vuelvo Los Molares, Paradas y El Coronil. En este último, la partida que llegó fue de 212.000 euros, que ahora serían agua de mayo. Esa servidumbre de vuelo obligó, por ejemplo, a modificar la ubicación de una planta fotovoltaica para evitar que los paneles deslumbraran a los pilotos en el trayecto que trazan para aterrizar o despegar de la base militar de uso conjunto hispano-americano, que sigue causando quejas periódicas en los municipios de la zona por los vuelos sobre los cascos urbanos.

No en forma de compensación del Estado, pero sí en un impuesto específico (el de Bienes de Características Especiales) también tienen ingresos adicionales los municipios que acogen en sus términos muicipales pantanos o centrales eléctricas. Es el caso de Guillena, que por el Gergal, el contraembalse de Endesa y la subestación eléctrica ingresa 480.000 euros al año, dado que el gravamen que pueden aplicar lo tienen al máximo en este caso, en el 1,30. De haberse materializado la central de ciclo combinado que se barajó para esta misma zona -en punto muerto ahora por la bajada del consumo- esos ingresos se hubieran multiplicado, dado que en ese caso concreto hay más compensaciones, al margen, siempre, del debate sobre la incidencia ambiental.

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