Anoeta, un partido trampolín

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El Betis se mide a domicilio a la Real con el objetivo de ganar, seguir creciendo y asentarse en la zona media alta. Durmisi y Rafa Navarro son bajas de última hora para Gustavo Poyet.

Poyet, Álex Alegría y Petros levantan el dedo antes de empezar un ejercicio, durante un entrenamiento en la ciudad deportiva.
Poyet, Álex Alegría y Petros levantan el dedo antes de empezar un ejercicio, durante un entrenamiento en la ciudad deportiva.
Juan Pinto

30 de septiembre 2016 - 05:02

Viendo el nivel de la Liga, a excepción de los grandes, tiene el Betis en Anoeta un partido trampolín. Una cita en la que, si es capaz de salir victorioso, tomará impulso para asentarse en la zona media alta y llegar al encuentro frente al Real Madrid -los parones ligueros son insoportables- con la ilusión intacta ante la posibilidad de vencer al todopoderoso equipo de la capital de España en el Benito Villamarín. Pero todo eso pasa por el hecho de que los de Heliópolis derroten a la Real Sociedad, un equipo que por ahora, según la tabla, está a un nivel parejo al de un Betis que lleva tiempo demostrando que cuando puede dar un paso adelante recibe un bofetón de realidad. Por eso, conociendo los precedentes del cuadro bético, harían bien los de Poyet en ir a San Sebastián a por la victoria, con los cinco sentido puestos en la Real.

Para ello, el preparador uruguayo ha trabajado con sus jugadores en una semana tranquila, después del triunfo ante el Málaga, sólo alterada por la renovación de Rubén Castro, cuya continuidad debe servirle de impulso al Betis esta noche. Las peores noticias para Poyet vienen en forma de lesiones, pues Durmisi, con molestias en la zona de la rodilla izquierda; y Rafa Navarro, que tampoco viajó con el equipo al recibir un pisotón en el último entrenamiento, son bajas. Así, todo apunta a que Álex Martínez será de la partida en el costado izquierdo de la zaga, compartiendo línea defensiva con Piccini, Bruno y Pezzella. En el centro del campo, Petros seguirá siendo un fijo, con Felipe Gutiérrez y Joaquín por delante, como ante el cuadro malaguista, con Musonda y Rubén jugando en las bandas y Álex Alegría arriba. No obstante, Poyet dejó abierta ayer la posibilidad de introducir algunos cambios en el once, por lo que no habría que descartar la entrada de Brasanac, en la medular -Musonda sería suplente-, o de Donk, en el eje de la zaga o en el centro del campo, pues los donostiarras crean mucho peligro en el juego aéreo -Willian José está resultando fundamental en este aspecto para el conjunto de Eusebio Sacristán- y en la medular tienen buenos jugadores, como Zurutuza, Illarramendi y Oyarzabal.

Además, el Betis no debe perder de vista a otros futbolistas ofensivos del equipo guipuzcoano, como Xabi Prieto, Carlos Vela y Juanmi, que se mueven con libertad absoluta por detrás de Willian José, y aprovechar, sobre todo, el buen momento por el que atraviesan Joaquín, Rubén Castro y Álex Alegría para hacerle daño a un rival que en su estadio sólo ha ganado un partido (4-1 a Las Palmas), empatado otro (1-1 frente al Espanyol) y cosechado una derrota (0-3 ante el Real Madrid), en lo que va de Liga.

La Real Sociedad tratará de recuperar sensaciones ante su público, pero afronta el encuentro con numerosas ausencias importantes en la defensa, ya que tiene lesionados a Carlos Martínez y Yuri, y sancionado a Elustondo. Así, debido a estas bajas y al mal juego de algunos hombres en el último compromiso en Ipurúa, Eusebio Sacristán medita introducir algunos cambios en el once inicial, con la posible entrada de Oyarzabal, que fue suplente en Eibar. La zaga incluiría a Zaldua, único lateral derecho que le queda disponible al preparador vallisoletano, mientras que Xabi Prieto y Juanmi podrían disputarse uno de los puestos de ataque, pues Carlos Vela y Willian José tienen un sitio asegurado.

La última vez que el Betis consiguió la victoria en Anoeta fue en la temporada 2003-04, con Joaquín como principal artífice -hizo dos goles- del triunfo del cuadro entrenado por Víctor Fernández ante la Real de Raynald Denoueix. Hoy, el portuense regresa a un feudo en el que los verdiblancos esperan conseguir un triunfo que le sirva como trampolín en la clasificación y para mirar con otros ojos al encuentro ante el Madrid.

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