Análisis

Betis, momento de reseteo para frenar la caída

Manuel Pellegrini, pensativo, antes del inicio del encuentro en el Camp Nou.

Manuel Pellegrini, pensativo, antes del inicio del encuentro en el Camp Nou. / Toni Albir / Efe

El Betis está caído y los números lo reflejan: 9 puntos de 27 en Liga en base a dos victorias (1-0 al Mallorca y 3-1 al Espanyol), tres empates (0-0 ante el Madrid, 1-1 frente al Villarreal y 0-0 ante la Real) y cuatro derrotas (1-0 ante el Atlético, 0-2 ante el Cádiz, 3-2 ante Osasuna y 4-0 en el Camp Nou).

Si se cuentan las dos derrotas ante el Manchester United, el global es de dos victorias heliopolitanas en los últimos 11 encuentros, siendo ésta la peor racha desde que Manuel Pellegrini llegó al banquillo bético.

Arbitrajes

Que los arbitrajes han sido una losa más en el equipaje durante la temporada para el Betis es evidente, pero que el club verdiblanco se escude sólo eso para analizar el momento actual no se ajusta a la realidad. Las expulsiones, varias injustas, otras justas, con los propios jugadores del Betis como reincidentes, otras con los árbitros como protagonistas (Del Cerro Grande y Mateu Lahoz) han provocado unas quejas béticas con razón, protestas lógicas, como otros clubes han mostrado también de forma pública, pero culpar sólo a la cuestión arbitral de que el Betis no esté más arriba en la tabla no es de recibo. Falta autocrítica, hay más cuestiones de peso y son deportivas.

Además, se está comprobando que tampoco en el asunto arbitral ha hilado fino el Betis con el tema de Canales. Que al estamento arbitral no le sienta nada bien acudir a la justicia ordinaria es más que conocido en el mundillo futbolístico y todo eso ha provocado también una distracción innecesaria para el propio equipo bético en una etapa final de la temporada en la que debe tener los cinco sentidos puestos en la competición. Es más, a estas alturas, el futbolista cántabro habría cumplido ya los cuatro partidos de sanción (Atlético, Cádiz, Espanyol y Osasuna), sin estar pendiente cada semana de si puede jugar o no. Incluso, su rendimiento, tras despegar definitivamente en Almería, ha vuelto a descender con todo este asunto. Por ello, en el análisis del momento que vive el Betis cabe como variable la cuestión arbitral, pero los motivos deportivos son más, y más preocupantes.

Planificación

Lo primero a tener en cuenta es que el aire ha cambiado, ya no sopla a favor, y las carencias de la planificación resaltan más. El lateral derecho quedó desmantelado sin Bellerín, reconvirtiendo a un Aitor Ruibal que cumple con dignidad junto con Sabaly, pero sin que quede tapado el descenso de nivel en ese puesto. Y en el lateral izquierdo el Betis vendió en enero, en plena previa de la Supercopa, a su gran puñal.

El jugador con más velocidad y desborde la plantilla, Álex Moreno. Incluso, se vendió como un éxito la rápida reacción de la entidad de Heliópolis, pero por ahora el sustituto del actual jugador del Aston Villa, Abner, está muy verde. Cierto es, y es de justicia reconocerlo, que Miranda ha crecido, ha mejorado su rendimiento con respecto al de la primera vuelta, pero su buen nivel no alcanza al que daba Álex Moreno.

El centro del campo tampoco se reforzó, siendo el único movimiento fue la renovación de Guardado en marzo del año pasado, y otra temporada más se está viendo la necesidad de físico y músculo que sigue teniendo el Betis, que sigue sufriendo ante rivales que cuentan con jugadores que le meten intensidad y ritmo al juego los noventa minutos. También desembolsó el Betis diez millones de euros por Willian José y el puesto de extremo zurdo se dejó sin cubrir, haciendo otro desembolso en firmar a un muy irregular Luiz Henrique. Luiz Felipe llegó libre, pero entre lesiones y sanciones, su rendimiento por ahora no hace olvidar al mejor Bartra, vendido por una cifra no muy alta al Trabzonspor.

Esto desmonta aquel argumento esgrimido en Heliópolis del esfuerzo realizado por mantener la plantilla: salida de jugadores y ninguna venta importante, amén de contar con un plantel cada año mayor. Y es que a día de hoy Fekir y Canales siguen siendo los pesos futbolísticos del Betis desde la etapa de Rubi. Así, pasan los años y el equipo verdiblanco no ha firmado más futbolistas de nivel que refresquen al equipo y el rendimiento de esos baluartes baja, como se está comprobando y hasta en cierto modo es lógico. Y todo ello, sin olvidar el capítulo de las no inscripciones en verano, como fruto de una gestión económica nada buena.

Lesiones y baja forma

Las lesiones también han influido en el Betis: Fekir, Juanmi, Luiz Felipe... Esto ha mermado al cuadro verdiblanco, pero tampoco debe servir como una excusa a la que aferrarse demasiado. Y como ejemplo, la Real Sociedad, sin Sadiq todo el año, media temporada sin Oyarzabal o problemas físicos de Mikel Merino, ahí sigue cuarta en la tabla. Además, la baja forma de jugadores han influido en el rendimiento colectivo. Fekir nunca encontró la regularidad en un alto nivel, Canales tampoco, a Guido le costó mucho volver a mostrar un buen nivel después del Mundial, Juanmi tampoco ha vuelto del todo después de su lesión y Borja Iglesias anda en un muy mal momento. Si a eso se le añade que los recambios tampoco han dado el nivel esperado, el bajón se nota. Al igual que se viene notando toda la temporada el bajón de fútbol, de juego, del Betis. Ni rastro de la alegría ni la vistosidad del pasado curso. Ante eso, Pellegrini lo vio claro: portería a cero y victorias por la mínima. Más solidez que brillantez y pelear arriba hasta donde se pueda.

Y cierto es también que el preparador chileno no anda fino de un tiempo hasta ahora, pero también es justo pensar que con otro entrenador, como se vio en épocas anteriores al santiaguino, y con todo lo vivido esta campaña, el Betis no estaría ahora sexto en la tabla. Eso sí, ya habrá tiempo al final de temporada de que el actual inquilino del banquillo bético apriete para reforzar de verdad la plantilla con jugadores que den un verdadero salto de calidad, con el fin de evitar que vuelvan al Betis los fantasmas de vulgaridad anteriores a su etapa.

Recta final

Seis partidos tiene el Betis por delante para frenar esta caída y aferrarse como sea a un puesto de Europa League. No es el momento de más distracciones (actos de despedidas, renovaciones, temas arbitrales, redes sociales...). Es el momento de que Pellegrini y sus futbolistas reseteen con calma y juntos, como siempre, con la ayuda de la afición, aprieten para que la presente temporada no deje al final un mal sabor en el bético.

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