Casi 14 años después de que el Betis ganara su segunda Copa del Rey con Lorenzo Serra Ferrer como entrenador, el balear ha dicho adiós al club verdiblanco por tercera vez. El 11 de junio de 2005, en el Vicente Calderón, el Betis de Serra tocó el cielo con aquel gol de Dani en una histórico prórroga ante Osasuna.

Doblas; Melli, Juanito, Rivas, Luis Fernández; Arzu, Assunçao; Joaquín, Edu, Fernando; y Ricardo Oliveira. Ése fue el once que el balear dispuso en el Vicente Calderón, en un día inolvidable para el beticismo, que se congregó en multitud en las calles de Madrid.

Ricardo Oliveira adelantó a los verdiblancos, tras aprovechar una indecisión de la zaga osasunista; Aloisi estableció el empate tras un centro de Delporte y llevó el partido a la prórroga. Y en el recuerdo de los béticos quedará la arrancada de Varela, el desmarque de Oliveira que despistó a la defensa de Osasuna y el remate de Dani, con el alma del beticismo, que llevó el delirio a las gradas del Calderón.

Todo se había pergeñado durante una concentración en Isla Canela. 'Sentir, luchar, ganar. Podemos' fue el lema que crearon entre Pep Alomar y Lorenzo Serra Ferrer para convencer a la plantilla, que lo asumió con celeridad para llevar a las vitrinas del Betis su segunda Copa del Rey.

Los jugadores béticos mantean a Serra Ferrer.

Tras el título, y en la vuelta en AVE desde Madrid, el balear comenzaría a poner la primera piedra del adiós en su segunda etapa con un mensaje hacia Manuel Ruiz de Lopera. "El Betis será lo que quiera Lopera", señaló Serra, con una declaración que comenzó a levantar asperezas entre ambos y que desembocó en el final de su segunda etapa al finalizar la siguiente temporada.

Ayer, casi 14 años después de alcanzar la gloria, Serra Ferrer volvió a decir adiós al Betis, aunque en unas circunstancias bien distintas, tanto por el cargo que ahora ocupaba como por las formas en las que su salida se ha acabado produciendo.