Betis-Barcelona | La crónica

Demasiado líder hasta para un buen Betis (1-2)

  • Los béticos mantuvieron el pulso en todo lo alto en una vibrante primera mitad, pero un despiste en un saque rápido de una falta del Barcelona se llevó por delante todo el trabajo

  • El autogol de Koundé en los instantes finales abrió la espita a la esperanza de volver a igualar 

  • Así hemos contado el partido

Fekir se duele en la caída en una jugada con Balde.

Fekir se duele en la caída en una jugada con Balde. / Antonio Pizarro

Imposible sumar para el Betis el día en el que sólo jugaba el equipo verdiblanco de los equipos que están jugando ahora mismo su Liga en torno a la clasificación para la Champions. Los verdiblancos se vieron desbordados por un Barcelona inalcanzable cuando juega con cuatro centrocampistas, ya que Busquets y De Jong crean casi una tiranía para el rival en su afán por tratar de recuperar la pelota. Pero la escuadra de Manuel Pellegrini no se dio por perdida ni siquiera con un cero a dos y en el arreón final tras el autogol de Koundé a punto estuvo de acercarse a la heroicidad que hubiera supuesto sacar al menos un punto.

Era una bola extra para este Betis de Pellegrini que cerraba la primera vuelta del torneo con la legítima aspiración de alcanzar unos registros de puntos históricos. El listón más alto se situaba en los 34 puntos, los mismos que tiene ahora mismo el Atlético, incluso los 32 no habrían estado mal a la vista del estado de forma de este equipo de Xavi que cuando se arropa en el medio es casi inabordable, pero finalmente todo se quedó como estaba y el cuadro heliopolitano se quedará en los 31, lo que no está nada mal, ni muchísimo menos.

Fue un partido vibrante, sobre todo en la primera mitad, pero también en los minutos finales. Eso sí, el acierto barcelonista en la fase decisiva, cuando fue mucho más listo al sacar una falta rápido, iba a decantar la balanza hacia su lado. De Jong no dio tiempo al repliegue tras una entrada de Aitor Ruibal a Gavi y Balde y Raphinha se encargaron del resto. El marcador se puso a favor del líder y eso incrementó el sufrimiento de un Betis que ya había perdido a Fekir por sus molestias físicas. Imposible, por tanto, a pesar de ese arreón final lleno de dignidad tras abrir Koundé la espita de la esperanza.

Las imágenes del Betis-Barcelona Las imágenes del Betis-Barcelona

Las imágenes del Betis-Barcelona / Antonio Pizarro

No pudo ser al final, pero hay que ir por partes en la disección de una cita cargada de ingredientes futboleros. Por ejemplo, quien viera en el intermedio un cero a cero en esos directos de internet que se han puesto tan de moda en los tiempos que corren se estaría equivocando de plano a plano si pensaba que el partido, aparte de los casi 50.000 aficionados que tuvieron la suerte de presenciarlo en directo en el Benito Villamarín, no invitaba a sentarse delante del televisor. Este Betis-Barcelona tuvo una intensidad altísima para convertirse en un extraordinario espectáculo futbolístico a pesar de la tardanza en llegar los goles al electrónico.

Porque desde el primer minuto se iban a ver a dos equipos buscando el triunfo con sus diferentes armas, aunque también es cierto que se producían intersecciones en muchas de ellas. Por ejemplo, los dos querían el balón, cada uno, lógicamente, con su cuota de calidad. Porque si pelearle la posesión de la pelota al equipo de Xavi cuando sale con cuatro centrocampistas parece francamente imposible, tampoco la escuadra de Pellegrini les iba a regalar ese privilegio de tener la iniciativa a través del esférico. Al contrario, era un Betis agresivo, sobre todo por parte de Aitor Ruibal, Pezzella, Luiz Felipe e incluso Guido Rodríguez, capaces de dar un paso adelante para tratar de hostigar al actual líder de la Liga española.

Por tanto, no era exagerado, para nada, el deleite en ese ir y venir, en ese buscar toques cortos para evitar que los verdiblancos llegaran a la presión y también, por supuesto, la intención de los anfitriones de jugar muy rápido cada vez que la recuperaban para hacerles daño a los azulgrana en su repliegue. Tanto fue así que Luiz Henrique pudo adelantar a los suyos (10’), pero tal vez pecó de individualismo cuando tenía a Fekir mejor situado para el disparo.

Después llegaría un par de sustos a través de un remate picado de Lewandowski (14’) y una acción parecida a la de Luiz Henrique por parte de un Pedri que no supo ver el apoyo de Balde y posibilitó la buena intervención de Rui Silva (18’). En pleno vaivén de una montaña rusa de llegadas de ambos también Koundé tapó un disparo peligrosísimo de Canales tras ser habilitado por Ruibal con un pase previo magistral de Fekir (32’). Pero las dos ocasiones más claras estaban por llegar en el tramo final y ambas fueron para los forasteros, pues Rui Silva estuvo providencial ante Pedri (37’) y también Luiz Felipe tras un disparo de Gavi (40’).

Era un no parar cuando se llegó al intermedio. Pellegrini iba a mantener su mismo esquema con la sorpresa de Abner en un equipo inicial en el que Aitor Ruibal era el lateral derecho y el resto era la flor y nata del actual Betis a la espera de que Juanmi esté en condiciones de pelearle el puesto de titular al brasileño Luiz Henrique. El partido no había pedido ninguna variación entre esos once elegidos y tampoco era cuestión de deshacer lo que estaba funcionando bien hasta ese momento.

La reanudación avisaba pronto del devenir de los acontecimientos. Rui Silva le sacaba una buena mano a Pedri (48’) y después llegaría casi el único disparo entre los tres palos protagonizado por un verdiblanco en ese segundo acto. Lo protagonizaba Fekir (56’), lo detenía Ter Stegen poco antes de que la estrella bética tuviera un mal gesto al resbalarse y tuviera que ser sustituido.

Muy poco después llegó la ingenuidad de no tapar el saque rápido de De Jong y ya todo fue aún más complicado con el 0-1. Pero sí hubo opciones que no acabaron de concretarse en una dejada atrás de Borja Iglesias para Juanmi (69’) que no resolvió el Panda al desequilibrarse o un cuatro contra dos desaprovechado por Luis Henrique (74’). Y todo iba a acabar con el gol de Lewandowski en un saque de esquina (80’). Ni siquiera la furia de luchar contra un imposible tras el autogol de Koundé (85’) fue suficiente. El líder había sido una montaña demasiado alta para hollarla y el esfuerzo de los béticos no iba a tener ningún premio. Se perdió la bola extra, pero, afortunadamente, no todos los rivales van a ser este Barcelona.

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