Faltan dos buenos peloteros (0-0)
El Betis echa de menos fuerza en el eje, pero sobre todo un delantero de categoría Al equipo de Mel, ordenado y sincronizado, le falta jerarquía
La plantilla ya tiene cuatro centrales, aunque Jordi más que un salto de calidad signifique competencia, pero continúa huérfana de algún pelotero de calidad y ayer lo echó en falta frente a su primer rival serio, el cuatro clasificado de la liga portuguesa.
En el centro del campo le falta fuerza, un cierre que imponga respeto. Un hombre que gane balones incluso por arriba. Y en el ataque, sin Rubén Castro, le falta gol. Y eso es lo más grave, porque Europa no perdona y en la Liga hay que ganar partidos desde que la victoria vale tres puntos. Y para ganar partidos, hay que marcar goles. Ahí no vale un remiendo, alguien que compita. El Betis precisa un delantero de verdad, alto o bajo, rematador o jugón. Pero que sea bueno.
Porque el equipo está muy hilado y la idea primigenia de Pepe Mel, que presionase la salida de balón del Sporting de Braga, es la idónea. Y su equipo pareció entenderlo en los inicios. Porque la zaga jugó con riesgo, muy adelantada, pero no pasó apuros, principalmente porque el balón lo tuvo más el equipo verdiblanco, que además, sin que su trabajo fuese atosigante, sí supo incomodar a los lusos en el inicio del juego.
Paulao y Perquis anduvieron muy seguros en los primeros compases y el auxilio de Carlos García, que está cuajando en un medio de cierre de categoría, les vino de lujo a los centrales. Nosa y Verdú se postularon como interiores y uno de ellos, siempre, auxilió al joven sevillano en la tarea de sacar el balón jugado desde atrás y garantizar un primer pase limpio.
Es lo más destacado hoy de este Betis. Su sincronía y su orden. Lo bien que los futbolistas tienen asumido el catecismo del técnico y cómo, paulatinamente, van mejorando al recitarlo. Es la ventaja de que un técnico esté ante su cuarta temporada consecutiva. Y que éste sea un buen entrenador, claro.
Al juego, en cualquier caso, le falta fluidez en el centro del campo y que las llegadas al área contraria sean más nítidas, pues si se exceptúa una doble ocasion tras un cabezazo de Nosa y un zurdazo de Juan Carlos tras el rechazo de Eduardo, poco más hizo el Betis merecedor de haber acabado en gol. Tampoco lo hizo el Braga, que dejó a Andersen sin intervenir.
Falló también la conexión en el costado derecho. Si Nacho se entendió bien con Juan Carlos y recibieron el apoyo de Verdú, en el otro costado Chica y Juanfran anduvieron más varados y sin que Nosa se acostara en exceso para buscar superioridades. Pero quien sí quedó aislado fue Jorge Molina, reo del 4-1-4-1 que dispuso Jesualdo Ferreira y que impidió el más mínimo pase interior.
Y es ahí donde se halla el gol. Mel trató de corregirlo variando levemente el 4-3-3 de la primera mitad a un 4-4-2. Verdú se situó por detrás de Jorge Molina, como mediapunta, y Nosa se colocó en paralelo a Carlos García, a quien no le sentó bien el cambio.
Con todo, el equipo no mejoró y sólo tras la entrada de Cedrick pisó más el área de Cristiano. Pero apenas hilvanó una jugada, con pase de éste hacia Juanfran, quien en el segundo palo remató fuera. Los de Mel cedieron metros y también perdieron su capacidad de tener el balón. Muy poco en 45 minutos. Muy poco también en 90 para ganar un partido. Porque el fútbol sin goles es menos fútbol y en eso se queda el de este equipo de Mel que juega de memoria, eso sí, pero que a su falta de rodaje le une la de un delantero que conozca el oficio. Porque a Jorge Molina, solo, le cuesta mucho. Y Rubén Castro no estará siempre. Falta otro de su categoría o...
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