Jordi Figueras, OK médico

Pepe Mel ya tiene cuatro centrales, aunque uno de ellos, Amaya, tardará aún más de una semana en estar a sus órdenes. Jordi Figueras, que el viernes ya pernoctó en Sevilla, pasó en la mañana de ayer los exámenes médicos en la clínica Infanta Luisa de Triana y un poco más tarde dejó prácticamente resueltos todos los asuntos burocráticos con el Brujas y con el Betis, que lo firmará por cuatro temporadas y pagará al club belga unos 275.000 euros.

La operación no acabó de hacerla oficial el club verdiblanco anoche, una vez se conocieron los resultados de la analítica realizada, ya que no dio tiempo a cruzar los últimos documentos con el Brujas. Con todo, hoy mismo puede ser oficial la contratación y, con ella, el anuncio de su presentación oficial, para mañana lunes a mediodía.

Y es que el retraso no tiene nada que ver con los resultados de los test médicos, que resultaron satisfactorios. Es más, Jordi, de 26 años, no ha sufrido lesión alguna de gravedad ni en el Celta, Rubin Kazan, Valladolid, Rayo Vallecano ni Brujas, los equipos en los que jugó anteriormente. Otra cosa será su tono físico, toda vez que es un futbolista tendente a engordar si no se cuida, circunstancia que había controlado en sus últimas temporadas y que, además, lo habían llevado a mejorar futbolísticamente, al atenuar un tanto la falta de velocidad que se le achacaba.

Serán Pepe Mel y sus ayudantes quienes valoren en los próximos días cómo ha llegado el futbolista y cómo será, gradualmente, su incorporación al grupo, ya que lo lógico es que en las primeras sesiones, como ocurriera incluso con Juan Carlos pese a llegar finísimo, trabaje un tanto al margen.

Con Jordi ya en la talega, la prioridad ahora de la secretaría técnica es la llegada de un medio defensivo, necesidad que se ha acrecentado tras la lesión de Lolo Reyes, que deja al joven Carlos García como único hombre específico para esa posición.

El gran candidato y futbolista de consenso entre Vlasa Stosic, sus colaboradores y Pepe Mel era Didier Digard, pero el francés ha llegado a un acuerdo para renovar su contrato, que expiraba en junio de 2014, con el Niza. Así, los técnicos tendrán que decidirse prontamente entre los dos o tres nombres que barajan, toda vez que Mel quiere tenerlo cuando antes. Aunque es difícil que culmine alguna gestión antes del martes, es casi seguro que llegará la próxima semana y se incorporará directamente a la expedición ya en Inglaterra.

Quien sí podría llegar el mismo lunes o quizá también unos días más tarde es el lateral izquierdo Dídac, toda vez que el Betis ha llegado a un acuerdo con el futbolista, que quiere vestir de verdiblanco una temporada en calidad de cedido. Ahora la piedra está en el tejado del Milan, quien debería asumir gran parte de la ficha del catalán. Con todo, la intromisión a última hora del Valencia podría modificar los planes si éste ofrece más dinero al club lombardo, como ocurrió en los casos de Pina, Giovani y Bojan. Aunque Dídac le ha dado el sí al Betis, no es extraño que si el Milan acuerda con los levantinos, éste no muestre pega alguna por vestir de blanco.

Con todo, Stosic es optimista y el viernes, a la salida del partido de Coria, le dijo a un aficionado que le preguntó con insistencia: "Creo que en tres o cuatro días podemos tener a Dídac".

Respecto al delantero, el director deportivo anda algo contrariado, ya que tenía casi decidido firmar a Braian Rodríguez, del Huachipato chileno, pero el uruguayo no es del todo del gusto de Mel. Más que por el perfil del delantero, lo que ambos buscan es un futbolista de calidad, sea más o menos alto, más o menos rompedor...

Empero, Stosic también tiene en su cabeza una apuesta de futuro, es decir, optar por fichar a un delantero joven que ya haya despuntado y que crezca al lado de dos veteranos como Rubén Castro y Jorge Molina. Lógicamente, el Betis debería hacer un desembolso de algún millón de euros, pero el club también necesita rejuvenecerse con futbolistas propios (ya tiene a Nosa Igiebor y Lolo Reyes, por ejemplo) que rompan y triunfen al lado de Mel y, por qué no, optar a un traspaso millonario en dos o tres años.