Betis-Alavés | Informe técnico

¿Cómo va a jugar mejor el Betis sin Isco?

Johnny Cardoso toca la pelota con Chimy Ávila en primer plano.

Johnny Cardoso toca la pelota con Chimy Ávila en primer plano. / Juan Carlos Muñoz

Aparte de Guido Rodríguez y Ayoze Pérez, a los que el Betis también echa de menos por el vuelo que le dan al juego colectivo, el gran problema que le ha saltado a los verdiblancos se llama Isco Alarcón. El malagueño había sido, sin duda, uno de los cinco mejores jugadores de esta Liga en la primera vuelta y su influencia sobre el juego bético era mayúscula, casi inabarcable. Aparecía por muchísimas zonas, ofensivas y menos ofensivas, contagiaba su intensidad al grupo –si la figura es la primera que corre, ¿cómo no iban a hacerlo los otros nueve jugadores de campo?– y era capaz de mantener ese despliegue técnico hasta el final porque su despliegue físico estaba a la altura. Isco, además, desatascó varios partidos de un pelaje similar al que impuso el Alavés: Osasuna, Granada.

Con la muestra de superioridad del Betis en Cádiz, ante un equipo que no gana desde septiembre, algunos opinaron que el Betis, como equipo, jugaría mejor sin Isco, como en el Nuevo Mirandilla, que con él. Una aseveración cuanto menos atrevida. Por no calificarla de boutade.

Defensa

Tardó el Betis en ajustar a Samu Omorodion, que empezó a ganar balones largos, bajarlos y prolongarlos con ese jugador indetectable que es Guridi muy atento a aprovecharlos por los pasillos interiores. A Sokratis le costó impedir que maniobrara el joven y prometedor gigante que se hizo futbolista en Sevilla, aunque la reacción de la zaga verdiblanca siempre fue eficaz para que esa amenaza no fuera a más.

Esta vez Luis Rioja no tuvo su noche, quizás deslumbrado por tanto foco, y en la banda contraria, la derecha, Álex Sola sí que burló la oposición de Miranda varias veces, pero de nuevo el repliegue verdiblanco fue el adecuado, con Marc Roca unas veces y Johnny Cardoso otras apareciendo en el área para cortar pases que buscaban rematador.

Ataque

Chimy Ávila estuvo encorsetado, bien sujeto por los centrales alavesistas, que supieron frenarlo en la distancia corta con un juego de contacto y fricción. Por fuera, Fornals y Abde aparecieron más en la segunda parte, sobre todo el primero cuando Bellerín al fin irrumpió. Pero al Betis le urge que esa fluidez sostenida que aseguraba Isco se la repartan Fornals y Fekir y que sobre ellos orbite el juego. A Fekir le cuesta aún por su lentitud, aunque su calidad le siga dando para agitar el árbol.

Pellegrini también lo agitó cambiando dos veces el sistema: con Bakambu por Marc Roca, Chimy se fue a la derecha y Fornals se ubicó junto a Johnny. Luego, con Rodri por Abde y Willian José por Chimy, Pellegrini arriesgó con un extraño 4-4-2, con Fekir junto a Johnny, Fornals de nuevo a la derecha, Rodri a la izquierda y dos puntas. Ahí sólo faltó claridad al remate con Bakambu muy enchufado.

Virtudes

Recién llegados como Fornals y Bakambu parecen en camino de aportar las soluciones ofensivas.

Talón de Aquiles

El reajuste del juego colectivo sin Isco aún no está claro.

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