Cada vez hay una mayor conciencia en torno a la salud mental y emocional, sobre todo a raíz de la pandemia que agravó este tipo de problemas en personas de todas las edades y clases. Entre los trastornos más comunes, la ansiedad se ha convertido en un problema de primer orden en las consultas médicas y de psicología.  De hecho, en el primer año de la pandemia por COVID-19, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25%, según un informe científico publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En nuestro país, la Confederación de Salud Mental de España alerta de que al menos el 6,7% de la población sufre ansiedad y hasta un 10% de la población reconoce haber sufrido un 'ataque de ansiedad'. Muchas otras personas pueden haberlo padecido sin haberlo identificado debido a que no reconocen sus síntomas. ¿Cómo hacerlo? Existen ciertas señales que indican claramente que lo estás padeciendo. Te contamos las 10 más comunes.

En primer lugar, debes saber que la ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. Sin embargo, un ataque de ansiedad es el episodio amplificado de la propia ansiedad generalizada, aunque sucede con menos regularidad. Es decir, esta presentación es diferente a la llamada 'ansiedad generalizada', en la que los sentimientos de ansiedad son menos intensos pero más persistentes. Entre los factores precipitantes de la enfermedad estarían los acontecimientos estresantes, en particular las dificultades en las relaciones interpersonales, las enfermedades físicas y los problemas laborales. 

10 síntomas característicos de la ansiedad

La principal característica de un ataque de ansiedad es sufrir miedo intenso, irracional, a menudo incapacitante y sin una causa clara. Durante una crisis de ansiedad, el sistema nervioso simpático de la persona se dispara debido a una situación de alerta o amenaza. La amígdala envía la señal de alarma inicial y su conexión con la Sustancia Gris PeriAcueductal (SGPA) provoca una sensación de miedo intensa, alerta, huida y paralización en la que la propia persona puede temer por su vida.

Esto provoca que se experimenten síntomas como:

• Ritmo cardíaco acelerado: Esto se produce a causa del aumento de cortisol y adrenalina, que ayudan a manejar mejor la situación de pánico o miedo.  Sin embargo, estas hormonas aumentan la tensión arterial, el colesterol… y hacen que tu corazón funcione a un ritmo distinto.
• Músculos tensados: Ante una situación de estrés, el cuerpo se tensa automáticamente, sobre todo los músculos de la mandíbula y los que rodean los ojos y la boca, así como los músculos del cuello y la espalda. Estos músculos se tensan a la vez para preparar el cuerpo para reaccionar.
• Hiperventilación:  La hiperventilación se produce cuando la respiración se encuentra por encima de las necesidades del cuerpo. Esto produce un desequilibrio entre el O2 y el CO2 que provocan agitación y nuestro cuerpo hará un esfuerzo para respirar mucho menos.
• Parestesia: La parestesia causa un entumecimiento que se traduce en sentir un cosquilleo en las manos o piernas. Suele ocurrir debido a la respuesta de huida o lucha que emite nuestro cuerpo al experimentar un estrés emocional.
• Sudoración excesiva:  Cuando estamos estresados, nuestro corazón bombea más rápido, aumenta la cantidad de oxígeno y esto produce un mayor consumo de energía. Todo esto conduce a un aumento de la temperatura de nuestro cuerpo que se traduce en una mayor sudoración para favorecer la refrigeración. 
• Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
• Síntomas gastrointestinales:  Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo produce cortisol, una hormona que es detectada inmediatamente por el estómago. La misma provoca una reacción del estómago para protegerse con cambios que nos causan molestias y dolor, como el aumento de ácido estomacal o deposiciones no deseadas.
• Sensaciones de nerviosismo: como agitación, tensión, peligro inminente, pánico o catástrofe
• Falta de concentración: La falta de concentración por ansiedad es un síntoma cognitivo de este trastorno y suele venir acompañado de otras sintomatologías como la pérdida de memoria o la neblina mental. Esto podrá provocar  una ''sensación de irrealidad'', que significa que te sentirás  desconectado de todo aquello que pasa a tu alrededor .
• Falta de sueño: La respuesta de activación y alerta que desencadenan cuyo objetivo primordial es movilizar recursos para la supervivencia es incompatible con el sueño. A la larga, esto puede provocar insomnio.