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Combatir la anemia en personas mayores, el problema de salud que ha sufrido María Teresa Campos

Combatir la anemia en personas mayores, el problema de salud que ha sufrido María Teresa Campos

Combatir la anemia en personas mayores, el problema de salud que ha sufrido María Teresa Campos

La anemia es una condición que se manifiesta cuando existe un nivel bajo de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina en los mismos no es suficiente. Puede ser consecuencia de una enfermedad hematológica o una manifestación secundaria a muchas otras enfermedades. Aunque lo más frecuente en nuestro medio es que la anemia se deba a una carencia de hierro (ferropenia), es imprescindible identificar correctamente su causa para poder tratarla de forma adecuada. Con la edad, este padecimiento se acentúa y es más frecuente, provocando una serie de síntomas como fatiga, debilidad, mareos o aturdimiento o latidos irregulares del corazón. Con la edad, además, existe un mayor riesgo de deterioro físico, funcional y cognitivo. Es el caso que llevó a María Teresa Campos a ser ingresada hace unos días en el Hospital madrileño de la Luz, recibiendo el alta unas horas después. Un hecho que puede restarle importancia a este episodio, pero hay que saber que la anemia en personas mayores tiene consecuencias que pueden llegar a ser muy graves. 

Como hemos mencionado, es común que padecer anemia a partir de los 65 años pueda provocar una disminución en la capacidad física y la fuerza muscular por lo que se acaba afectando la movilidad y la calidad de vida. Además, ciertos tipos de anemia pueden ser graves, de larga duración e incluso potencialmente mortales si no se diagnostican y tratan (especialmente cuando se asocia a otras enfermedades como la insuficiencia cardíaca o renal, la hipertensión o la diabetes). Por ello, aprender a combatirla es fundamental para evitar sus consecuencias más graves. 

Una alimentación equilibrada, clave

Un componente fundamental de la hemoglobina es el hierro; si no hay suficiente, no se puede ''cargar'' bien el oxígeno. Por ello, al no haber suficiente oxígeno, la hemoglobina no puede hacer bien su trabajo y transportarlo a nuestros músculos, cerebro, etc. y por eso nos sentimos fatigados o débiles.

En este sentido, el tipo de anemia más común, tanto en población mayor como joven, es la provocada por por un déficit de hierro, vitamina B12 o ácido fólico. Aquí, el tratamiento más común es una dieta que incluya alimentos ricos en estos nutrientes, así como suplementos dietéticos. Entre ellos se encuentran:

  • Carnes rojas
  • Pescados
  • Vísceras 
  • Marisco y algunos moluscos
  • Legumbres 
  • Frutas y verduras frescas
  • Cereales 
  • Frutos secos 

Evitar el consumo de café y té con las comidas (recordar que contienen taninos, que dificultan la absorción de hierro). Por otro lado, si tu sistema digestivo tiene problemas para absorber la vitamina B-12 de los alimentos que consumes, es posible que necesites inyecciones de vitamina B-12. 

Tratamiento anemias menos comunes

  • Anemia por enfermedad crónica.  En este tipo de anemia, lo más común es enfocarse en el tratamiento de la enfermedad subyacente, cuyos avances también se traducirán en una mejora de los síntomas de la anemia.  Si los síntomas se vuelven graves, una transfusión de sangre o inyecciones de una hormona sintética normalmente producida por los riñones (eritropoyetina) pueden ayudar a estimular la producción de glóbulos rojos y aliviar la fatiga.
  • Anemia aplásica.  El tratamiento para este tipo de anemia puede incluir transfusiones de sangre para aumentar los niveles de glóbulos rojos. Es posible que necesite un trasplante de médula ósea si su médula ósea no puede producir células sanguíneas sanas.
  • Anemias asociadas con la enfermedad de la médula ósea. El tratamiento para estas diversas afecciones puede incluir terapia con medicamentos, quimioterapia o un trasplante de médula ósea.
  • Anemias hemolíticas.  El control de la anemia hemolítica incluye evitar medicamentos que pueden causarla, sobre todo en el caso de personas mayores, tratar infecciones y usar medicamentos inmunosupresores que atacan los glóbulos rojos. 
  • Anemia de células falciformes. El tratamiento puede incluir oxígeno, analgésicos y líquidos orales e intravenosos para aliviar el dolor y prevenir complicaciones. En estos casos, también es común que se realicen transfusiones de sangre, suplementos de ácido fólico y antibióticos. 
  • Talasemia. La mayoría de las formas de talasemia son leves y no requieren tratamiento. Sin embargo, en su desarrollo más grave puede ser necesario  transfusiones de sangre, suplementos de ácido fólico, medicamentos, esplenectomía o trasplantes de células madre de sangre y médula ósea.

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