Avances en Cardiología

Innovación para mejorar el pronóstico en pacientes coronarios

  • El desarrollo de técnicas pioneras en el ámbito de la angioplastia y la cardiología intervencionista permite evaluar mejor las lesiones y afinar la decisión al implantar un stent

Los doctores Manuel Villa y José Díaz, del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla.

Los doctores Manuel Villa y José Díaz, del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla. / H.U.V.R.

Los especialistas del servicio de Hemodinámica del Hospital Universitario Virgen del Rocío tratan a más de 3.000 pacientes al año. La Unidad de Hemodinámica forma parte de la Unidad de Gestión Clínica de Cardiología y Cirugía Cardíaca. Su trayectoria y las innovaciones acometidas en los últimos años lo han dotado de una de las carteras de servicios más completas de España y que mayor volumen de pacientes maneja. La angioplastia es un procedimiento que permite mejorar el flujo sanguíneo en arterias coronarias estrechas o bloqueadas. Desde esta unidad se realizan más de 1.400 angioplastias anuales, de las que 250 son angioplastias primarias. “Somos el hospital que más angioplastias primarias realiza en Andalucía. De los ingresados en planta, la mitad son pacientes coronarios”, explica el doctor José Díaz Fernández, jefe de la unidad y uno de los impulsores del crecimiento exponencial de este servicio.

La cardiología intervencionista tiene dos grandes bloques de pacientes ahora mismo: los pacientes coronarios suponen un 80% y los que presentan cardiopatía estructural, un 20%. La innovación tecnológica ha ido incorporando importantes beneficios para los profesionales que practican estas intervenciones, realizadas a través del sistema circulatorio del paciente para medir la presión sanguínea a lo largo del vaso y colocar catéteres y stents. Una de estas innovaciones clave es la guía de presión OmniWire, desarrollada por Philips, para intervenciones coronarias.

“Esta tecnología es una guía que mide diferencias de presión a ambos lados de la estenosis, donde se produce el estrechamiento de un vaso. Cuando esa estenosis supera un límite quiere decir que el paciente tiene isquemia, una zona del miocardio a la que falta sangre en determinadas circunstancias, y se pasa a tratar y poner un stent”, expone el doctor Díaz. Es útil para abordar en lesiones intermedias, aquellas cuya estrechez no se sabe seguro si hay que tratar o no. Antes, para ver ese gradiente había que administrar un fármaco. “Una ventaja de esta tecnología es que, solo pasando la guía por la lesión, sin hacer infusión de ningún fármaco, logras una medición fiable para ver si hace falta tratar o no”, explica el experto.

Esta guía en particular permite hacer una reconstrucción gráfica de esas lesiones y establecer en qué porcentaje cada lesión es responsable del problema. Según indica el doctor Manuel Villa, jefe de la Sección de Hemodinámica del mismo hospital, “cuando haces una angiografía y tomas la imagen del árbol coronario, podemos correlacionar las diferencias de gradiente que hay en la coronaria con la imagen real”. En ocasiones, cuando hay varias lesiones es difícil determinar cuál de ellas exactamente es responsable de los síntomas del paciente. “Esta guía en particular permite hacer una reconstrucción gráfica de esas lesiones y establecer en qué porcentaje cada lesión es responsable del problema”, matiza el doctor Villa.

Equipo de hemodinámica del hospital. Equipo de hemodinámica del hospital.

Equipo de hemodinámica del hospital. / H.U.V.R.

La guía de presión ha cambiado la forma de interpretar la patología coronaria. Para el doctor Villa, “ha pasado de tener un luminograma y ver solamente imágenes a la posibilidad de interpretar las imágenes que obtiene en el contexto del paciente. Te ayuda a saber si lo que tratas se hace de forma correcta. Todo eso implica mejor pronóstico. Está demostrado que los pacientes que han sido estudiados funcionalmente evolucionan mejor que aquellos que no”. De hecho, “ahora determinamos exactamente las lesiones focales donde no es necesario poner el stent, lo que permite evitar complicaciones asociadas al stent y reducir el riesgo añadido de eventos coronarios”.

“Podemos hacer una reconstrucción gráfica y medir el alcance de las lesiones”

Según comenta el doctor Díaz, los protocolos en Estados Unidos ya apuntan a no tratar a pacientes que no sean agudos salvo que tenga hecho este tipo de estudio. “Para no poner stents cuando no se debe y saber qué paciente se puede beneficiar más de cada tratamiento. La estabilidad de la señal que da la guía y el corregistro son dos innovaciones importantes en este ámbito”, subraya.

Esto repercute también a nivel de recursos. Las estimaciones apuntan a un ahorro directo respecto al número de stents que se colocarían. En este hospital se implantan unos 2.600 stents y se realizan entre 1.300 y 1.400 angioplastias anuales.

En general, esta especialidad ha sufrido una innovación radical en la última década, tanto en el tratamiento de la patología estructural: válvulas, defectos intracardiacos, patologías congénitas, como en lo coronario, con la medición funcional de las lesiones y la reconstrucción tridimensional de las lesiones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios