La advertencia del médico Rafael Bañares ante el aumento de casos de hígado graso en jóvenes: "Es necesario cambiar los hábitos de consumo y los estilos de vida que están detrás de la obesidad y la diabetes"
Investigación y Tecnología
La clave, según los expertos, está en la anticipación, una estrategia que podría cambiar radicalmente la evolución del hígado graso en edades tempranas
Alimentos que debes evitar consumir, si tienes el hígado graso

El hígado graso, una enfermedad silenciosa que durante años ha sido subestimada, se está consolidando como uno de los problemas de salud más relevantes del siglo XXI, y preocupa especialmente su crecimiento entre la población infantil y juvenil. En España, más de 10 millones de personas padecen esta condición y la previsión es alarmante: las muertes asociadas al hígado graso podrían duplicarse en los próximos cinco años, alcanzando las 7.600 anuales en 2030. Ante este escenario, los hepatólogos insisten en la urgencia de adoptar un enfoque preventivo, que ponga el acento en la detección precoz, especialmente en menores y jóvenes, donde aún hay un amplio margen de reversibilidad.
El presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), el doctor Rafael Bañares, lo resume de forma clara: "Si queremos resultados diferentes, tenemos que hacer cosas diferentes". Esto significa abandonar el modelo centrado únicamente en pacientes con enfermedad avanzada, para pasar a identificar y tratar a quienes presentan fibrosis incipiente o aún no la han desarrollado. La clave, según los expertos, está en la anticipación, una estrategia que podría cambiar radicalmente la evolución del hígado graso en edades tempranas y mejorar la salud hepática de toda la población.
Qué es la fibrosis hepática y por qué importa detectarla a tiempo
La fibrosis hepática es un proceso en el que el tejido del hígado sufre una transformación progresiva, reemplazando células sanas por tejido cicatricial como respuesta al daño crónico. Esta acumulación de cicatrices puede deberse a diversas causas, siendo una de las principales la esteatosis hepática metabólica, comúnmente conocida como hígado graso. Aunque en sus fases iniciales puede no provocar síntomas, si no se detecta y trata a tiempo, la fibrosis puede avanzar hacia formas más graves como la cirrosis o incluso el cáncer de hígado.
La buena noticia es que la fibrosis, sobre todo en estadios tempranos, es potencialmente reversible. Por eso, la detección precoz se vuelve esencial. En este contexto, la AEEH propone incorporar de manera sistemática herramientas diagnósticas sencillas en la atención primaria, como el índice FIB4, un marcador basado en parámetros habituales en las analíticas (edad, niveles de transaminasas y recuento de plaquetas). Cuando este índice sugiere riesgo, se recomienda realizar una elastografía de transición o fibroscan, una prueba no invasiva que evalúa la rigidez del hígado mediante ultrasonidos, identificando tanto la acumulación de grasa como la presencia de fibrosis.
Este protocolo no solo permitiría identificar de manera temprana a pacientes en riesgo, sino también actuar antes de que el daño hepático sea irreversible. La esteatosis hepática, en muchos casos, puede revertirse con cambios en la alimentación, la pérdida de peso y el aumento de la actividad física. De hecho, en menores, hasta un 80 % de los casos de hígado graso pueden ser revertidos si se actúa a tiempo.
Una estrategia colectiva: prevenir y tratar antes de que sea tarde
La prevención se perfila como el eje principal de la estrategia para combatir el hígado graso. El Plan de Salud Hepática Reto 2030 de la AEEH propone tratar el hígado graso como un factor de riesgo cardiovascular más, y aboga por su integración en los protocolos de prevención junto a la obesidad, la diabetes, la hipertensión y la dislipemia. Esto implicaría no solo valorar sistemáticamente la salud hepática de estos pacientes, sino también formar a los profesionales de atención primaria para que puedan identificar y manejar precozmente esta enfermedad. "Es necesario cambiar los hábitos de consumo y los estilos de vida que están detrás de la obesidad y la diabetes, y ese es un reto transversal que implica no sólo a la sanidad pública, sino también a todas las instituciones, especialmente las educativas, así como a las familias y a los medios de comunicación", manifiesta Rafael Bañares.
Además de la prevención y el diagnóstico temprano, los avances terapéuticos ofrecen nuevas esperanzas. El fármaco Resmetirón ha mostrado resultados prometedores al reducir tanto la inflamación como la fibrosis hepática, y se encuentra a la espera de aprobación por parte de las autoridades sanitarias europeas. También se están llevando a cabo ensayos clínicos con agonistas del receptor GLP1, medicamentos actualmente usados para tratar la diabetes y la obesidad, que han demostrado eficacia para frenar la progresión de la fibrosis hepática.
En definitiva, el abordaje del hígado graso en menores no puede limitarse al tratamiento de los casos avanzados. Es necesario un cambio de paradigma basado en la anticipación, la educación y la integración de nuevas herramientas diagnósticas en la práctica clínica cotidiana. Solo así se podrá frenar la tendencia al alza de esta enfermedad silenciosa, que amenaza con convertirse en una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en las próximas décadas. Prevenir hoy es garantizar salud hepática mañana.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Quirón Salud