El clima, la comida o el estilo de vida son algunos de los aspectos que tradicionalmente los extranjeros han envidiado de España. Desde hace un par de décadas el deporte, con destacas figuras futbolísticas, del tenis, baloncesto o mundo del motor, se posicionó con fuerza en Europa. Pero si hay un aspecto que despierta profundas envidias en determinadas sociedades como la norteamericana ese es el sistema sanitario español. Aunque son muchos los que critican y no valoran la Sanidad pública española, la realidad es que la comparación respecto a la mayoría de países sale casi siempre a favor de los profesionales y tratamientos españoles. El gasto que España destina a la sanidad se incrementó el año pasado en cerca de 5.600 millones, sobre todo en la Sanidad púbica, con un montante de 81.600 millones. Todos los servicios sanitarios tienen un precio y suele ser más elevado de lo que los usuarios estiman. Esto es lo que nos costaría desde una radiografía a una intervención de apendicitis sin Sanidad pública.

Bien es cierto que existen los impuestos, pero han sido varios los especialistas que se han encargado de demostrar a lo largo de los años el importante gasto que supone cada actuación médica e intervención quirúrgica para aprender a valorarla.

Así, en Andalucía, considerada segunda comunidad autónoma con peores servicios sanitarios, una consulta a urgencias, si no fuera asumida por la Seguridad Social, costaría algo más de 50 euros, atender un parto, de 2.000 a 4.000 euros, practicar una cesárea, de 2.300 a 5.700 euros; y una intervención de apendicitis, de 3.000 a 8.000 euros.

Operaciones por encima de los 3.000 euros

Un paciente recibiendo tratamiento de quimioterapia.

Si seguimos desarrollando los precios públicos y el gasto que supondrían los distintos servicios para el usuario comprobamos que una radiografía simple cuesta unos 12 euros, un TAC, alrededor de 200 euros y un traslado en ambulancia tiene un coste mínimo de 250 euros. Mientras que arreglarnos una luxación de cadera tras una caída 'tonta' podría llegar a costarnos de 3.000 a 9.000 euros y los tratamientos con quimioterapia, alrededor de 4.000 euros.

Así, @yodoctorcomic, que lleva años divulgando sobre ciencia y sanidad con píldoras visuales, emplaza a los pacientes a "ser conscientes de lo que valen las cosas y de lo afortunados que somos; saber lo que tenemos y utilizarlo con cabeza". Porque "cuando nos lo hayamos cargado, será culpa nuestra".