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SALUD
Dicen que los españoles sienten más placer con la comida que con el sexo y que tres de cuatro españoles no cambian la cerveza por nada. Sin embargo no medir el impacto de los deseos en ocasiones puede terminar pasando factura al organismo. El sobrepeso y la obesidad representan importantes problemas de salud tanto en personas jóvenes como en adultos. Y en España, que ocupa el puesto 51 de 183 países analizados por los expertos, se estima que la prevalencia de obesidad en adultos llegará al 37% en 2035, mientras que la tradicional cervecita entre amigos o después del trabajo está científicamente demostrado que hay que empezar a evitarla a partir de cierta edad.
Ha sido el neurólogo Richard Restak el que se ha encargado de ponerle nombre y apellidos a una tendencia, que más allá del eterno debate sobre los beneficios o perjuicios de ingerir bebidas alcohólicas, centra su discurso en una guía completa de la memoria: la ciencia de fortalecer la mente, donde destaca la importancia de limitar este hábito y expone el motivo por el que no se debe tomar cerveza a partir de los 65 años.
Restak recomienda dejar de consumir cerveza antes de los 70 años porque a partir de los 65 el cuerpo pierde neuronas de forma mucho más rápida, y es necesario ir fortaleciendo la mente para no terminar acusando también problemas en otros áreas del cerebro como las que rigen la confrontación, el juicio y la capacidad de aprendizaje. A partir de dicha edad el consumo recurrente puede derivar en conscuencias a largo plazo, por lo que lo que se recomienda es medir el consumo de cerveza desde una edad más temprana aún.
A partir de los 65 el cuerpo pierde neuronas de forma mucho más rápida y el efecto del alcohol acelera dicho proceso
No hablamos de los seis tipos de personas que nunca deberían beber cerveza; el mensaje de este experto va dirigido a aquellos mayores de 65 años que todavía disfrutan de una copa ocasional, aquellos que consumen de forma frecuente vino o cerveza en bodas, bautizos y comuniones. Porque la realidad es que los estudios realizados determinan que la gravedad del problema puede intensificarse con la edad, cuando comienza a perderse la capacidad de juzgar y aprender, acelerando el deterioro cognitivo de las personas. Lo que se gana por tomarse una o dos cervezas termina perdiéndose en otros aspectos que impiden llevar un día a día normal y saludable en tu rutina habitual.
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