Muchos son los cultivos que alumbran los paisajes de secano del litoral mediterráneo. Trigo, vid y olivo, principalmente, pero en los últimos tiempos ha tomado mucha fuerza el algarrobo, que ha pasado de dar un fruto que sólo se usaba para alimentar ganado a aumentar su demanda un 50% en un par de años para terminar convirtiéndose en casi un nuevo tesoro agrícola con propiedades antibacterianas y nutricionales básicas para la alimentación humana. Un cultivo 'top' para el medio. 

En España son más de 42.000 las hectáreas cultivadas de algarrobo, árbol que forma parte de la familia las fabáceas o leguminosas, por el aspecto de su vaina, simular a las de las habas, aunque con diferencias muy significativas. La historia determina que su cultivo se introdujo en Egipto desde Palestina o Siria, pasando a Grecia, Italia o España, y que actualmente Portugal se ha convertido en uno de los productores líderes a nivel mundial.

Desde diversos colegios de nutricionistas apuntan a su alto contenido en proteínas, hidratos de carbono saludables, vitaminas y fibra

Desde diversos colegios de nutricionistas de España apuntan que nos encontramos ante un alimento rico en proteínas, hidratos de carbono saludables, antioxidantes, vitaminas y minerales y también fibra.

Todavía hoy se emplea la pulpa de sus vainas como parte de la alimentación del ganado, caballos, burros o gallinas, pero ahora ha dado un paso más en su evolución hacia la alimentación 4.0, esa que se centra en lo saludable, con productos naturales y sostenibles, que añaden propiedades beneficiosas al organismo y alternativas culinarias a los grandes chefs en sus restaurantes.

La algarroba en la alimentación 4.0

Vainas de algarroba

Como sustituto del cacao instantáneo, en forma de harina de algarroba, galletas, pasta para untar o tabletas. La algarroba ha extendido su uso, también como elemento de uso en industrias químicas para cristalizar productos farmacéuticos, de cosmética y textil.

Con harina de algarroba o algarroba en polvo se pueden elaborar productos de panadería con o sin gluten, algo que ha llevado a productores, artesanos y pequeñas empresas a invertir en la algarroba como materia prima y comercializar todo tipo de productos elaborados a partir de ella: caramelos, gominolas, dulces y chocolates. Como telón de fondo, ese sabor indiscutiblemente dulce, pero muy intenso, con notas de cacao más amargo. Directo al paladar.

Por último, de la algarroba, concretamente del rastro que deja el garrofín, también se puede usar como aditivo para espesar y gelificar, tanto en salsas como en cremas, helados y demás postres en los que necesitemos encontrar una textura homogénea.