El descanso es una parte vital de nuestra vida diario. No obstante, debido al ritmo frenético la mayor parte del tiempo de nuestro día a día este descanso pasa a un perfil bajo. El deporte es también parte de la vida de gran parte de la población, ya sea por temas de salud, de diversión o de desconexión.

Para mejorar el rendimiento, los expertos recomiendan ir alternando los períodos de actividad física, intensa o moderada, con períodos de descanso.

Existe una solución ideal a medio camino realizar ejercicio físico y un día sin realizar ningún tipo de actividad. Hablamos del descanso activo y nos ayuda a mejorar la eficacia de nuestra actividad física.

¿Qué es el descanso activo?

Al realizar ejercicio físico de manera regular también tenemos que tener en cuenta el descanso que tanto nosotros como nuestros músculos necesitan. Por ello, existen dos maneras de llevar a cabo este descanso: mediante un reposo total y mediante el descanso activo. El primero implica no realizar ningún tipo de actividad durante el tiempo de reposo; en el caso del descanso activo, consiste en realizar alguna actividad deportiva durante este período de relax.

En este tipo de descansos, nuestros músculos siguen en funcionamiento pero mediante actividades de menor intensidad que las realizadas regularmente, que requieren menos ritmo y esfuerzo para su realización. Para ello, optaremos por ejercicios que se encuentran fuera de nuestra rutina diaria, y que no impliquen un gran esfuerzo, como es el caso de la natación o el ciclismo.

Sea cual sea la actividad por la que nos decantemos para nuestro día de descanso activo, debe de tratarse de un ejercicio ligero y siempre realizarse a menor intensidad que en un día de entrenamiento habitual. Si por el contrario deseamos seguir con nuestra rutina regular, podremos realizar los mismos ejercicios que normalmente pero reduciendo su frecuencia o las series que realizamos.

La técnica del descanso activo implica numerosos beneficios a nivel corporal y mental. En primer lugar aumenta el oxígeno de nuestro cuerpo, dado que nuestros músculos se oxigenan y obtienen nutrientes que suelen resultar vitales para su regeneración. Además, entrenar con un descanso activo favorece la circulación sanguínea, muy característica cuando se sobrecargan debido al esfuerzo los músculos.

También reduce el estrés generado por el cumplimiento de entrenamientos de nivel más alto, ayudando a la relajación y evitando la sobrecarga de huesos y músculos.

Una de las actividades más indicadas para este tipo de descanso es el yoga, dado que es un ejercicio ideal para relajar tanto cuerpo como mente. El yoga mejora la concentración, aumentando la elasticidad de nuestro cuerpo e incluso realizando mejoras a nivel respiratorio. Además de un descanso activo, los principales expertos recomiendan prestar especial atención al sueño, debido a que es imprescindible para un buen rendimiento físico.