Este es el tiempo de vida que nos resta cada perrito caliente que nos comemos

Ejercicio, descanso, paz mental y alimentación equilibrada. Hay quienes piensan que cada uno de nosotros tenemos un destino y quienes defienden que imponiendo determinadas rutinas nuestro vida puede prolongarse más de lo previsto, y en mejores condiciones de salud y felicidad. La esperanza de vida en España ha subido este año hasta los 81,8 años para los hombres y los 87 años para las mujeres.

Vivimos más, pero podríamos seguir mejorando dicha estadística. Para ello, además de aprovecharnos de los avances científicos y del entorno natural en el que nos movemos, habría que revisar algunos de nuestros hábitos alimenticios, que impactan directamente en nuestra salud y resta minutos a nuestro reloj vital, según un estudio de la Universidad de Michigan publicado en la revista Nature Foodestudio de la Universidad de Michigan.

Porque no es lo mismo alimentarse a base de frutas, verduras y legumbres que hacerlo continuamente a través de productos de carne procesada. Mientras que tomar un puñado de nueces al día podría ayudarnos a ganar 26 minutos de vida más saludable, cada perrito caliente que nos comemos podría restarnos 36 minutos de vida.

El estudio evaluó más de 5.800 alimentos, clasificándolos según su carga nutricional de enfermedades para los humanos y su impacto en el medio ambiente. Descubrió que sustituir el 10% de la ingesta calórica diaria procedente de carne vacuna y procesada por una mezcla de frutas, verduras, nueces, legumbres y mariscos selectos podría reducir la huella de carbono de la dieta en un tercio y permitir a las personas ganar 48 minutos de vida saludable al día.

Alimentos que 'detienen' nuestro reloj vital

En concreto, este estudio determina que cada gramo de carne procesada que comemos nos quita 0.45 minutos de vida, mientras que cada gramo de fruta que comemos nos da 0.1 minutos extra. Así, sólo la carne que contiene un perrito caliente nos quita 27 minutos de vida, mientras que el impacto total de cada perrito caliente que nos comemos, a través de otros componentes como sodio o grasas trans, nos consume un total de 36 minutos de vida. Casi nada.

A los perritos calientes les añadimos el impacto que tienen otros alimentos como beicon, hamburguesa, pinchito moruno, sobrasada, chorizo, longaniza, salami, chistorra, butifarra, tocino, panceta o carne picada y doblamos la incidencia a la hora de perjudicar nuestra salud. Y no por falta de opciones en los supermercados o restaurantes. Introducir pequeños cambios en nuestra dieta, comiendo frutos secos, legumbres, marisco, frutas y verduras sin almidón pueden alargar la esperanza de vida.