PREGÓN DE LAS GLORIAS 2022

Manuel Vizcaya toca el martillo de las Glorias de Sevilla

Pregón de las Glorias

Pregón de las Glorias / José Angel García (Sevilla)

"Lo confirmo y me reafirmo: en Sevilla está la Gloria, porque así lo quiso Dios en la misma creación", pronunciaba Manuel Vizcaya en el arranque de su pregón. El altar del Jubileo de la Santa Iglesia Catedral de Santa María de la Sede estaba presidido por la Santísima Virgen del Carmen de Calatrava, entronizada sobre su paso procesional.

El cuarto sábado de mayo se vivió con intensidad desde la mañana, con la procesión fluvial y terrestre que protagonizó la hermandad invitada al pregón. La Virgen del Carmen cruzó las aguas de la dársena del Guadalquivir sobre una embarcación, similar a la que utilizan las hermandades rocieras cuando cruzan de Sanlúcar de Barrameda a Doñana o a su paso por Coria del Río. Imágenes inéditas en su llegada al Muelle de la Sal, con el Puente de Triana como testigo.

Juan Carlos Cabrera, delegado de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, presentó al pregonero. La Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, dirigida por Francisco Javier Gutiérrez, interpretó, además de los himnos, las marchas procesionales Mater Dei, compuesta especialmente para el pregón por María Luisa Palomares Riera, esposa del pregonero, y Glorias de Sevilla de Manuel Marvizón.

Monseñor Saiz Meneses no pudo estar presente, al encontrarse presidiendo el pontifical de coronación de la Virgen de Escardiel, en Castilblanco de los Arroyos. Tampoco estuvo el delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Marcelino Manzano, que se encontraba acompañando al arzobispo.

Manuel Vizcaya levanta sus brazos durante un pasaje del pregón Manuel Vizcaya levanta sus brazos durante un pasaje del pregón

Manuel Vizcaya levanta sus brazos durante un pasaje del pregón / José Angel García (Sevilla)

"Vivamos la Gloria, hermanos, es nuestra oportunidad; tenemos los ingredientes, hagámosla realidad; que hablen por sí nuestras obras, pues las palabras se van", continuaba Vizcaya en su pregón escrito en prosa. El capataz de Triana hizo un recorrido por todas las advocaciones letíficas de Sevilla, durante más de una hora de pregón, recordando la importancia de la Santísima Virgen en la historia de la ciudad.

Vizcaya recordó a todos los cofrades que ya están en el cielo, haciendo mención especial al arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, fallecido hace unas semanas. Acto seguido tuvo unas palabras de afecto para su esposa, así como a sus abuelos, quienes le inculcaron el amor por las cofradías y lo apuntaron siendo un niño a las hermandades de San Gonzalo, la Esperanza de Triana y la Estrella.

El pregonero se emocionaba al recordar a su padre, Juan Vizcaya, "referente y modelo en mi vida, de capataz y cofrade", para luego dirigirse a su madre, presente en el pregón, dándole las gracias por haber sacado a su familia adelante, y a sus hermanos, "por ejercer de padre de su hermano pequeño, que a la edad de once años se quedó sin él".

Hubo lugar para recordar a Fernando III el Santo y su reconquista de Sevilla el 23 noviembre de 1248, y las devociones marianas que llegaron a la ciudad provenientes de otros Reinos cristianos de España y otras partes de Europa. "Quiero tener esta noche mi mayor reconocimiento y agradecimiento a Su Majestad don Fernando III, quien nos legó esta Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Invicta ciudad y tierra-casa de María Santísima", concluyendo con un "¡Viva el Rey San Fernando!".

Autoridades y representantes de la corporación municipal en el pregón Autoridades y representantes de la corporación municipal en el pregón

Autoridades y representantes de la corporación municipal en el pregón / José Angel García (Sevilla)

Las Glorias de Sevilla son también, en una buena parte, esas hermandades filiales llegadas de toda la geografía española, como recordó Manuel Vizcaya: Araceli, Mar, Guadalupe, Sierra, Montemayor, Cabeza, Prado, Rocamador, Nieves... Los Santos y Santas de Sevilla y las hermandades Sacramentales también forman parte de este todo.

Gran profundidad en las palabras del pregonero cuando defendía a los creyentes, a veces marginados o vinculados a ideologías políticas de otro tiempo. Desde este atril, yo os animo, cofrades sevillanos, a que siempre llevemos a gala, en el día a día y en nuestros corazones, la señal de la cruz, y a que en nuestro pecho portemos la medalla de la advocación mariana a la que elevamos nuestras oraciones, gritando con orgullo y total convencimiento: ¡Soy católico, apostólico, sevillano y mariano, por la gracia de Dios!".

Se dirigía a Santa María del Monte Carmelo, representada varias veces en las Glorias de Sevilla, para pedirles por los cristianos perseguidos, por quienes pierden la vida en los mares en busca de una oportunidad, o por quienes sufren la injusticia de la guerra.

Manuel Vizcaya junto a la Virgen del Carmen de Calatrava Manuel Vizcaya junto a la Virgen del Carmen de Calatrava

Manuel Vizcaya junto a la Virgen del Carmen de Calatrava / José Angel García (Sevilla)

Vizcaya condenó la violencia de género, "que en palabras de nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, este tipo de agresión, supone la mayor cobardía y degeneración, de y para los hombres. Acabemos con esta injusticia, eduquemos a las nuevas generaciones en el amor y respeto al prójimo". Justo después, se ha referido al aborto como una decisión "equivocada". "Apostemos por la vida: eso te pido rezando. No más santos inocentes, Madre de Todos los Santos, dales la oportunidad de conocer tu sagrario y de compartir la fe de mi Dios Sacramentado", añadía.

La Virgen del Rocío está muy presente en la vida del pregonero. En este pasaje volvió a recordar a su padre, que falleció en un accidente cuando regresaban de ver a la Blanca Paloma. "El el ocaso del día, Juan desplegaría las alas, dejándome en el recuerdo esa profunda mirada, cuando fuimos a dorarte en su última mañana, y en sus pupilas plasmaste ese Coto de Doñana, con sus marismas azules, donde yo sé que él descansa. Nada te reprocho, Reina, y aunque sólo fuera un niño, mi fe siempre me ha dictado el aceptar tus designios. Por eso todos los años, con Triana hago el camino, soñando con verle a él, junto a ti, Madre y Rocío".

Manuel Vizcaya toma un sorbo de agua con un jarrillo de lata Manuel Vizcaya toma un sorbo de agua con un jarrillo de lata

Manuel Vizcaya toma un sorbo de agua con un jarrillo de lata / José Angel García (Sevilla)

Pasando el ecuador del pregón, Manuel dedicó varios versos a la Virgen de Madre de Dios del Rosario, patrona de capataces y costaleros, de cuya cofradía es hermano mayor desde hace un año. Antes recordó sus años como costalero de la Virgen del Rosario de San Julián, una advocación que ligó a las abuelas que rezan el santo rosario a los pies de la Virgen Santísima.

Habló de esa Iglesia Misionera, que se vive cada día en multitud de colegios religiosos, junto a otras devociones gloriosas: el Sagrado Corazón, María Inmaculada, la Virgen Milagrosa, María Auxiliadora y San Juan Bosco. También recordó a los sanitarios, "ángeles de bata blanca", en sus pasajes dedicados a la Virgen de la Salud de San Isidoro y a la Esperanza Divina Enfermera, poniendo en valor su entrega durante la pandemia.

Una gran cuadrilla la que forman las Glorias de Sevilla. Manuel Vizcaya puso el broche al pregón llamando a los cofrades de las corporaciones letíficas, citándolos para una igualá en la que todos tienen sitio para la salida. Tres toques de martillo y una voz que decía "¡Sevilla, vamos al cielo!, ¡A volar!, ¡Tos' por igual!, ¡A ésta es!". 

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