El Real Monasterio de Santa Inés, fundado en 1.374, se abarrotó de público para el piadoso ejercicio del Vía Crucis, organizado por la Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua y San Antonio de Padua. Un crucificado acompañado de dos velas recorrió el interior del templo y precedió al rezo, dirigido por el Padre Alan.

Este convento franciscano de clarisas, hogar de Doña María Coronel, contó con los cantos de las religiosas durante el solemne ejercicio, que forma parte de una serie que comenzó el pasado viernes en el convento de Santa Paula y finalizará con un Vía Lucis el próximo 4 de abril en el convento de Santa tras haber pasado por siete conventos de la ciudad.

Esta reivindicación de los espacios conventuales llevada a cabo por la corporación del Salvador está teniendo una buena acogida por parte de los devotos durante esta cuaresma, a la que le resta apenas un mes para que termine y comience la Semana Santa.