Festividad de la Asunción
  • El arzobispo, monseñor Saiz, preside en la Catedral la solemne misa estacional en honor de la Patrona de Sevilla y su Archidiócesis

  • Muestra su anhelo de organizar un acto extraordinario por el 75 aniversario de la proclamación como patrona oficial

Virgen de los Reyes 2021: Una devoción que resiste el paso del tiempo y el calor

El arzobispo, monseñor Saiz, durante la celebración. El arzobispo, monseñor Saiz, durante la celebración.

El arzobispo, monseñor Saiz, durante la celebración. / Juan Carlos Muñoz

A las ocho de la mañana, el termómetro del Prado de San Sebastián marcaba 27 grados. Anticipo de lo que estaba por venir. En las paradas, los autobuses de Tussam aguardaban la llegada de pasajeros. El tranvía, prácticamente vacío, cruzaba desde San Fernando hacia los Juzgados. Algunos sevillanos, tras una noche sofocante, aprovechaban esta tregua del mercurio para hacer deporte. También los guiris más precavidos y previsores aprovechaban la fresca mañana para hacer fotos de la majestuosa fachada de la antigua Fábrica de Tabacos. Pero en la mañana del 15 de agosto todos los caminos de Sevilla desembocan en la Catedral. Y este año, a pesar de los pesares, tampoco iba a ser una excepción.

La Catedral ha acogido durante los últimos días los solemnes cultos anuales en honor de la Virgen de los Reyes, Patrona de Sevilla y su Archidiócesis. La maldita pandemia ha vuelto a dejar a la ciudad huérfana de la procesión de tercia por segundo año consecutivo. Pero esta circunstancia sobrevenida no ha restado ni un ápice de verdad, autenticidad y fervor a la devoción hacia la Virgeny el encuentro de los sevillanos con su Patrona. El arzobispo, monseñor Saiz, que apenas lleva dos meses en la sede de San Isidoro, confesaba en una entrevista publicada por este periódico que no dudó en cambiar las vacaciones que tenía programadas desde hacía mucho tiempo en cuanto se dio cuenta de la dimensión que para el pueblo sevillano tenía la Virgen de los Reyes. Así lo ha corroborado cada día de la novena. Y así lo desgranaba en la primera homilía que pronunciaba un 15 de agosto en Sevilla.

El prelado instaba a los fieles a vivir la festividad de la Patrona con alegría, pese a los tiempos de zozobra y malas noticias, y a agarrarse a ella con esperanza para sortear todas las dificultades de estos años inciertos. “No es de extrañar que muchas personas se instalen en una actitud de sospecha y desconfianza ante los que rigen la sociedad y sus instituciones, desalentadas respecto a los cambios que necesita el mundo, en medio de las diversas crisis sociales, políticas, económicas, financieras, y también de una gran crisis de valores. En algunos casos el descontento se canaliza a través de protestas no exentas de violencia; en otros casos se desemboca en una especie de letargo colectivo porque se han desvanecido las expectativas de futuro ante la dificultad de encontrar un empleo estable, formar una familia, o llevar a término los proyectos personales”, señalaba Saiz, quien añadía: “Nuestra fiesta patronal es un sí a la esperanza. La Asunción nos recuerda que la vida de María es un camino de seguimiento de Jesús, con una meta precisa: la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte y la comunión plena con Dios. La Asunción nos recuerda que la vida del cristiano es asimismo una peregrinación de fe hacia la misma meta. Por el bautismo somos incorporados a Cristo y hemos resucitado con él, pero debemos alcanzar corporalmente lo que el bautismo ha comenzado en nosotros. María ya ha llegado a la plenitud de la unión con Dios y nos acompaña en este camino”.

Monseñor Saiz durante la misa. Monseñor Saiz durante la misa.

Monseñor Saiz durante la misa. / Juan Carlos Muñoz

Los sevillanos siempre defenderán que no hay dos Semanas Santas iguales. Tampoco hay dos 15 de agosto iguales. Aunque pudiera parecer que el que se acaba de celebrar y el de 2020 han sido similares, hay bastantes diferencias. Es cierto que la Virgen de los Reyes se ha quedado por segunda vez sin recorrer las gradas bajas de la Catedral, pero a diferencia con el año pasado, han vuelto, por ejemplo, las peregrinaciones. Han sido muchos los grupos de devotos que han acudido al encuentro con la Virgen de los Reyes desde el Aljarafe, la comarca de los Alcores u otros pueblos cercanos. Así lo hacía la Hermandad de la Vera Cruz de Brenes, por citar sólo una. Otra diferencia ha sido el aforo de la Catedral. Este domingo para el Pontifical se habían instalado alrededor de 800 sillas, bastantes más que el año pasado, y prácticamente todas se ocuparon. También se han celebrado más misas para los peregrinos y fieles que acuden de madrugada a postrarse a las plantes de la Reina de los Reyes. El primer templo de la Archidiócesis ha sido un hervidero de devoción durante toda la noche.

La misa pontifical de la festividad de la Asunción en la Catedral de Sevilla. La misa pontifical de la festividad de la Asunción en la Catedral de Sevilla.

La misa pontifical de la festividad de la Asunción en la Catedral de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

El deseo de organizar un acto extraordinario 

Pero la gran novedad ha sido la presidencia, por primera vez, de monseñor Saiz Meneses, un arzobispo que ha entrado en la ciudad con muy buen pie y que en sus primeros meses se ha ganado la simpatía y el respeto de los fieles por su cercanía, amabilidad e interés por conocer y empaparse del alma sevillana. Precisamente, el prelado ha recordado en su homilía uno de los grandes aniversarios que se celebran este año: el 75 aniversario de la proclamación (oficial) del Patronazgo sobre la ciudad y su Archidiócesis. Ya lo señalaba en su cuenta de Twitter hace unos días y, durante la misa pontifical de la Asunción, desgranaba lo sucedido entonces y recalcaba el anhelo de recuperar el culto público cuanto antes: “Han pasado 75 años. Somos herederos de aquellos hermanos que nos han precedido en el amor y devoción a Nuestra Señora de los Reyes. También nosotros queremos expresar públicamente nuestro homenaje y amor a la Madre, y lo haremos cuando las circunstancias lo permitan. Porque ella lo merece, y porque nosotros también lo merecemos después de estos dos años tan aciagos; pero en este momento, hemos de proceder con toda la devoción y el amor de que seamos capaces, y a la vez con toda la responsabilidad que requiere la situación presente”.

La Virgen de los Reyes. La Virgen de los Reyes.

La Virgen de los Reyes. / Juan Carlos Muñoz

La devoción a la Virgen de los Reyes permanece prácticamente inalterable desde aquel ya lejano 1946, no así la de San Fernando, que también está de aniversario. Se ha cumplido el 350 aniversario de su canonización. Un acontecimiento muy relevante que ha pasado sin pena ni gloria. San Fernando fue un gigante de su tiempo y su importancia histórica queda fuera de toda duda. Bien haría el Cabildo por devolverle al lugar que ha perdido en los últimos tiempo en los que no se respeta su festividad, ni por unos ni por otros.

Ha finalizado el pontifical del día de la Asunción y los fieles han comenzado a entrar en la Catedral para venerar a la Patrona, que se encontraba a los pies del Altar del Jubileo. Pese al calor, tan intenso ya por la mañana, los sevillanos, y también los turistas, no han dejado pasar la oportunidad de encontrarse con la Virgen en esta cercanía.

La Patrona no permanecerá en su paso sobre el Altar del Jubileo para la Octava, que comienza este lunes, tal y como se había anunciado. Volverá por la tarde a presidir su altar de la Capilla Real, donde se celebrará este culto y el segundo de los besamanos. El broche final será la apertura de la urna de San Fernando el día 22. 

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