El altar de Corpus de las Siete Palabras: la recuperación de las puertas de la simpecadera de la Virgen del Rosario

Corpus

Las piezas, datadas en el siglo XVIII, estuvieron a punto de desaparecer y se han recuperado para conocimiento y disfrute de los sevillanos

El conjunto lo remataba la Virgen de la Cabeza, obra de Roque Balduque del siglo XVI

Así avanzan los trabajos de ejecución de la futura túnica bordada del Nazareno de la O

El altar levantado por Las Siete Palabras en la Plaza del Salvador
El altar levantado por Las Siete Palabras en la Plaza del Salvador / Hermandad

Resulta la jornada de Corpus -y sus vísperas- un episodio fundamental no solo para acudir al encuentro con la presencia real de Cristo en la Eucaristía, sino para descubrir tesoros ocultos y en su mayoría desconocidos de nuestras hermandades. Con la instalación de los altares efímeros y el récord alcanzado en la presente edición, la fiesta continúa revitalizándose, y en buena medida gracias al esfuerzo y aportación de las hermandades.

Más allá de los premios otorgados, la ruta por los altares, balcones y escaparates se ha convertido en un clásico de entre los cofrades, que aprovechan las últimas horas del día previo al Corpus para recrearse en estas obras efímeras en las que se reflejan, en ocasiones, siglos de historia. Hemos visto, por ejemplo, la primitiva Inmaculada de la cofradía concepcionista de la calle Real de Castilleja, un vaciado en yeso hermosísimo de la Virgen del Amparo de la Magdalena, la Virgen de Consolación del convento de San Leandro, el probablemente mejor terno bordado de Sevilla que es el de la Virgen del Voto de Pasión o la primitiva Virgen de la Encarnación, que dio génesis y fundación a la corporación que hoy conocemos como San Benito.

Pero una de las piezas que más interés ha despertado la hemos encontrado en la Plaza del Salvador, en el altar que habitualmente levanta la señera cofradía de Las Siete Palabras delante de la fachada de iglesia de San Juan de Dios, que ha recuperado para la ocasión un elemento muy singular. Se tratan de las puertas de la antigua simpecadera (donde se guardaban los simpecados) de la Virgen del Rosario de San Vicente, que fueron eliminadas durante la restauración de la parroquia y estuvieron a punto de desaparecer entre escombros. Están fechadas en el siglo XVIII, y en su hermosa carpintería encontramos diferentes alusiones a las letanías lauretanas del Rosario.

Remataba el altar una pareja de ángeles lampadarios también del siglo XVIII, así como un interesantísimo frontal de altar bordado en oro fino sobre seda blanca fechado en el siglo XIX. Y, por supuesto, presidiendo, la Virgen de la Cabeza del siglo XVI, obra extraordinaria del maestro flamenco Roque Balduque. Toda una catequesis plástica de belleza, espiritualidad y reflejo de una de las cofradías con más historia y patrimonio de toda la ciudad.

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