Antonio Garrido: "Nunca me reiría de las devociones"
Cuaresma
El actor y el subdirector de 'Diario de Sevilla' Carlos Navarro Antolín hablan de diversos aspectos de la Semana Santa en los ‘Diálogos de Cuaresma’ de la Fundación Cajasol
La conversación fue una lección de amor y humor sobre las cofradías
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Una lección de humor y amor por las cofradías. Lo uno no está reñido con lo otro. Ni mucho menos. Exige inteligencia. Como la ha tenido el actor Antonio Garrido desde que se puso al frente de El Palermasso, la serie de sketchs que este sevillano, con su nutrido grupo de colaboradores, realiza desde hace diez años para provocar la risa sana en tiempos de cuaresma. Una risa que ayer se escuchó en innumerables ocasiones en el teatro de la Fundación Cajasol, que acogió una nueva edición de Diálogos de Cuaresma, en la que el periodista y subdirector de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín, entrevistó al referido cofrade y actor. Ambos, con grandes dosis de guasa, hicieron un repaso por los temas de actualidad cofradieros. Un certero análisis de la Semana Santa actual para un acto que logró gran éxito de convocatoria. Aforo completo.
Estos Diálogos de Cuaresma comenzaron con la presentación de la también periodista –y por ahora única pregonera de la Semana Santa de Sevilla– Charo Padilla, quien realizó una semblaza de los dos protagonistas del acto. Tampoco en esta introducción faltó el humor. Suculento aperitivo de lo que vino después. Una hora larga que se hizo muy breve.
“En Semana Santa tengo que estar en Sevilla. Sí o sí”. Fue una de las primeras declaraciones de Antonio Garrido, actor con un completo currículo en cofradías. En esta fiesta, como muchos sevillanos, “se aísla” del mundo. No ve ningún informativo. Su día a día sigue el siguiente guion: al levantarse ve la repetición de las retransmisiones de la jornada anterior, sale a ver las cofradías de los barrios, las más tempraneras; regresa a casa, almuerza, descansa y vuelve a la calle hasta ver las entradas más tardías y cercanas a su domicilio. “Tengo programado hasta el ibuprofeno que me tomo cada Semana Santa”. Sin exageración alguna.
El recuerdo de su padre
La celebración que conoció de su padre, el recordado José Luis Garrido Bustamante (periodista y pregonero), en poco se parece a la actual. “No tiene nada que ver con la que él me enseñó”. La de ahora está marcada por los excesos. “Se nos está yendo de las manos. Podemos morir de éxito”, advirtió Garrido.
Con una más que dilatada trayectoria en la interpretación, en la que ha trabajado a las órdenes de Antonio Banderas y ha compartido escenas con Salma Hayek, este actor ha sido un gran emprendedor e innovador, pues se ha atrevido a hacer humor con algo tan serio como la Semana Santa. Y lo ha hecho con ingenio y extremo respeto, de ahí el éxito cosechado durante diez años por la serie El Palermasso. La clave del triunfo, “hacer un humor limpio, blanco y sano de las cofradías, sin herir”. “Lo fácil es reírse de la Semana Santa, eso es de tener poco talento”, aseveró.
“Hasta que creamos esta serie, los culturetas eran los que manejaban el lenguaje audiovisual, pero con ‘El Palermasso’ hemos demostrado que los cofrades también lo podemos hacer”, abundó este actor, que comenzó sus inicios delante de la pantalla con Andalucía Directo. La iniciativa de El Palermasso llegó a asustar a su padre. “Niño, a ti te van a echar de Sevilla”. Una advertencia que se vino abajo cuando vio los dos primeros capítulos. “No paraba de reírse”.
Esta serie, en palabras de su creador, ha tenido dos logros. “Abrir una vía para hacer humor sano de la Semana Santa, como en su día consiguió Paco Robles con el libro ‘Tontos de capirote’, en el que describía con humor verdades como puños”. La segunda victoria: “Mucha gente ha salido del armario cofrade, al decir abiertamente que son de una hermandad y que creen en Dios”.
Los límites del humor
Eso sí, una serie de estas características exige poner límites. Y Garrido los tiene. “Nunca haría humor de las devociones”. En este punto confesó que hay el mismo número de capítulos emitidos como de no emitidos, pero grabados. Se trata de episodios que le generan “dudas”, por la posibilidad de herir sensibilidades en los cofrades.
El actor está a favor de una autorregulación en los cortejos penitenciales. Parte de la base de que “hay que educar y tratar bien al nazareno”. También considera que la denominada ley seca y la creación del Cecop –surgido tras aquella fatídica Madrugada de 2000, de la que se cumplen 25 años– se ajustan a una fiesta “donde somos muchos más y viene más gente”.
Tiene claro que “no dará el Pregón”. “No estoy capacitado para pronunciar el Pregón que me gustaría dar”, afirmó. Posee, además, una más que justificada razón para esta negativa. “La última motivación que tenía para darlo era que mi padre me escuchara. Esa motivación ya no existe”, explicó.
La de 2025 será la primera Semana Santa sin su padre. La “suerte” como cristiano es creer que “está en el cielo”. “La que estará liando allí”. Antonio Garrido no oculta su fe. Ni mucho menos se avergüenza de ella. La hace pública cada vez que la ocasión lo requiere. “Una Semana Santa plena no puede vivirse sin fe. Es como irse al camino del Rocío sólo para emborracharse”.
Defiende que esta celebración en Sevilla comienza el Viernes de Dolores. Contó –con suma gracia– su experencia como costalero en la Hermandad de Padre Pío-Palmete. “En las vísperas se vive la Semana Santa de antes”, aseguró. En este sentido, defendió que “hay que darle una vuelta de tuerca al reparto del dinero entre las vísperas”. Cuestión distinta son las denominadas cofradías piratas. “No me gustan. Deben pedir permiso”, apostilló.
Un espejo de la sociedad
Buen conocedor de esta ciudad, sabe diferenciar entre la gracia y la guasa (“que puede no ser graciosa”). Hombre forjado en las cofradías, reconoció que en ellas se ha encontrado “a mucho mediocre, intentando ser alguien”. “Las hermandades son un buen espejo de la sociedad, donde hay personas que no han conseguido ser nada en la vida e intentan medrar en ellas. Aquí se está para servir”.
Reconoció que la edad no cura el estado de tristeza que le produce el Domingo de Resurrección. “Dar un paseo por Sevilla la tarde de este día resulta desolador”. Una sensación agravada desde que, llegada esta jornada, ha de regresar a Santiago de Compostela, donde vive desde que se casó. “Es en la semana de la Pascua cuando se empieza a saborear lo vivido. Eso en Galicia es más difícil”, admitió.
A Antonio Garrido no le aterra la muerte. “Deberíamos estar acostumbrados a ella, porque la vida es ir muriendo poco a poco”. Cuando cierre los ojos espera ver “la cara” de su Cristo del Buen Fin. Su devoción, junto con la del Cristo del Calvario, “la médula ósea de su familia”. Y como hombre de escena, regaló una completa definición de la fiesta mayor de la ciudad: “El mayor espectáculo del mundo, donde los figurantes –los nazarenos– pagan por salir, la escenografía la pone la ciudad, la banda sonora viene de las bandas de música, por actores secundarios tiene los costaleros y el protagonista principal es Dios”. La hora que duraron estos diálogos se hizo muy corta. La risa como bálsamo para una cuaresma metida en agua.
Numerosas personalidades acuden a la cita cofradiera
La edición 2025 de Diálogos de Cuaresma concitó en la Fundación Cajasol a un buen número de personalidades de la ciudad. A esta cita cofradiera acudieron los hermanos mayores del Gran Poder, Ignacio Soro; el de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero; el de los Estudiantes, Jesús Resa; el del Baratillo, Luis Fernando Rodríguez; y el de la Carretería, Miguel Ángel Moreno. También estuvieron presentes Carlos Infantes, presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía; Antonio Piñero, vicepresidente del Real Círculo de Labradores y ex presidente del Consejo de Hermandades; los abogados Joaquín Moeckel, Javier Cossío, Eduardo Osborne, Pedro Molina, Eugenio Suárez Palomares, Miguel Ángel Arredonda y José Ignacio del Rey Tirado. Del mundo de la empresa asistieron Luis Bolaños y Joaquín Morón, así como el arquitecto Rafael Aguilar y el catedrático Manuel Marchena. Del ámbito del espectáculo lo hicieron el presidente de la Asociación Filarmónica de El Carmen de Salteras, Jorge Valera; la cantante Laura Gallego y el director de Icónica Santa Lucía Sevilla Fest, Javier Esteban. Entre los políticos se pudo ver al concejal socialista Francisco Páez y al de Vox, Fernando Rodríguez Galisteo. Tampoco faltaron los periodistas Luis Carlos Peris, Fede Quintero (presidente de El Desmarque), Esther Menacho, Magdalena Trillo y Stella Benot.
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