La Basílica del Gran Poder será un espacio cardioprotegido. El templo que visitan a diario cientos de fieles contará con un desfilibrador para casos de emergencia. Una situación para la que se ha formado a los empleados que trabajan en este recinto sagrado y a los oficiales de la junta de gobierno con el fin de que apliquen primeros auxilios. 

La sociedad está cada vez más conscienciada de la necesidad de tener unos conocimientos mínimos en prácticas sanitarias para hacer frente a posibles paradas cardiorrespiratorias. Una emergencia sanitaria que se puede presentar en cualquier momento y lugar y para la que se debe estar prevenidos en recintos de gran afluencia. 

Tal es el caso de la Basílica del Gran Poder, donde acuden a diario numerosos devotos, de ahí que esta corporación haya iniciado un proceso para que dicho templo esté cardioprotegido. Por tal motivo -y a raíz de una incidencia el pasado enero-, este recinto sagrado contará con un desfibrilador, como los que poseen la Catedral de Sevilla y el Salvador, que visitan numerosos turistas, desde hace algunos años. 

Salvar una vida es cuestión de minutos

Además, los empleados de la Basílica y los oficiales de junta de gobierno han recibido cursos de formación para realizar prácticas sanitarias con las que, en cuestión de minutos, se puede salvar la vida de un persona que haya sufrido un infarto. 

El hermano mayor del Gran Poder, Ignacio Soro, detallará el plan de cardioprotección en una rueda de prensa convocada este miércoles en la casa de hermandad de la corporación de la Madrugada.