La seguridad en las hermandades

La Basílica del Gran Poder abandera los templos cardioprotegidos de Sevilla

José María Villadiego, Ignacio Soro y Regina Serrano, junto a la placa que certifica que la Basílica del Gran Poder es una zona cardioasegurada.

José María Villadiego, Ignacio Soro y Regina Serrano, junto a la placa que certifica que la Basílica del Gran Poder es una zona cardioasegurada. / D. S.

La cardioprotección en el mundo de las cofradías había estado restringida, hasta ahora, a las estaciones de penitencia. La Hermandad del Gran Poder ha dado un paso más en esta medida de seguridad y ha logrado que su basílica sea la primera de Sevilla en ser una zona cardioprotegia, lo que facilita una respuesta inmediata a cualquier incidencia sanitaria que se produzca. Por tal motivo, este miércoles, la delegada territorial de Salud, Regina Serrano; y el director del 061 en Sevilla, José María Villadiego, le han entregado al hermano mayor de la corporación de la Madrugada, Ignacio Soro, un certificado que avalta tal condición, de gran importancia en un templo que visitan a diario cientos de devotos. 

El inicio de un camino que podrían seguir más hermandades. La Basílica del Gran Poder es desde este miércoles un recinto cardioasegurado. ¿Qué significa este término? Pues que dicho templo posee un desfibrilador y que sus empleados cuentan con la formación necesaria para el uso de este dispositivo y para realizar prácticas de reanimación cardio pulmonar (RCP), dos conocimientos básicos y esenciales para salvar una vida humana. 

El interés de la Hermandad del Gran Poder por esta preparación se acentuó el pasado invierno, cuando se produjo una emergencia sanitaria tras sufrir un hermano en la basílica un infarto. Los primeros auxilios de miembros de la junta de gobierno con conocimientos médicos resultaron cruciales en esos momentos. Le salvaron la vida. A partir de ahí, se tomó consciencia de la importancia de tener una formación mínima para saber actuar ante circunstancias de este tipo, que ocurren con más frecuencia en zonas de gran concurrencia, como es el caso de la basílica. 

La cadena de supervivencia

Por tal motivo, la hermandad se puso en contacto con la Delegación territorial de Salud, cuya responsable, Regina Serrano, le facilitó los medios necesarios para la formación en asistencia ante una emergencia cardiorrespiratoria. "Lo importante es lograr la cadena de supervivencia", ha referido Serrano en la rueda de prensa en la que se ha presentado la certificación de la basílica como zona cardioasegurada. Esta cadena comienza con "los primeros intervinientes", ciudadanos que no son personal médico pero que saben cómo actuar ante una emergencia sanitaria de este tipo, para lo que resulta esencial este curso de formación que se les ha impartido durante tres horas a los empleados de la Basílica del Gran Poder y a los oficiales de la junta de gobierno. 

El director del O61 en Sevilla, José María Villadiego, ha incidido que un 20% de las personas que sufren una parada cardiorrespiratoria pueden salvar su vida con una asistencia sanitaria desde el primer momento. El primer paso es identificar la emergencia y llamar rápidamente a los servicios sanitarios para que se trasladen a dicho lugar. Luego deben actuar esos primeros intervinientes a través de la RCP y del manejo del desfibrilador hasta que lleguen los especialistas. 

Este cadena de supervivencia ya se puede poner en marcha la Basílica del Gran Poder tras la formación recibida por los empleados y la junta de gobierno de la hermandad y tras contar ya con un desfibrilador, donado por la Fundación SSG, que se encargará de su mantenimiento. Se trata de una entidad que se creó en 2012 para fomentar la cardioprotección de espacios, entre otros fines. 

En el registro de Salud

Auque bien es cierto que otros templos en Sevilla -como la Catedral o el Salvador- poseen desfibriladores, no poseen el distintivo de zona cardioasegurada al no reunir otros tres requisitos: se ha instruido a personas en el manejo del desfibrilador y en RCP, el dispositivo cuenta con un plan de mantenimiento y está inscrito en el registro de la Consejería de Salud. Para Serrano, este último aspecto resulta fundamental, pues en el caso de que un ciudadano que se encuentre en las inmediaciones de la basílica sufra un infarto, el 061 podría organizar el dispositivo de auxilio sabiendo que cuenta con un desfibrilador cerca. 

La delegada de Salud confía en que, a partir de esta apuesta del Gran Poder, sean más hermandades las que soliciten el certificado de zona cadioasegurada para sus templos, un distintivo muy habitual en edificios civiles, pero muy poco en los religiosos. 

Para el hermano mayor, Ignacio Soro, la formación recibida y la donación del desfibrilador resultan de gran ayuda en vísperas de una Semana Santa, que comienza en el Gran Poder con el besamanos del Señor y continúa con la estación de penitencia de la Madrugada. 

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