La Fundación Machado ha otorgado los premios Demófilos a las artesanías de la Semana Santa en su 34ª edición. Estos premios se conceden como homenaje y reconocimiento a ciertos conjuntos, instantes u obras de nuestra fiesta mayor para potenciar su valor y su riqueza devocional, artística o cultural. 

En total, se conceden distinciones en tres categorías diferentes. El jurado presidido por Antonio Zoido decidió conceder el premio Demófilo a una larga trayectoria al exorno floral del paso de la Virgen de la Concepción del Silencio que desde 1920 se adorna con azahar manteniendo una tradición que no ha sucumbido a las tendencias o a las modas. Dicho azahar se entrega a los asistentes, hermanos y devotos que acuden el Domingo de Resurrección a la denominada, precisamente, misa del Azahar. 

El palio del Silencio adornado de azahares

El Demófilo a una obra de Arte permanente se ha concedido a la restauración del manto procesional de la Virgen del Socorro obra de Concepción Fernández del Toro, ejecutado entre 1953 y 1957. El manto ha sido recuperado en todo su esplendor por el taller de Manuel Solano con la supervisión del IAPH tras un profundo proceso de intervención. 

El manto del Socorro restaurado tras su intervención en el taller de Manolo Solano

El premio Demófilo a una obra de arte efímera se otorga a dos de las estampas recuperadas o inéditas de las muchas que nos dejó el Santo Entierro Grande. Son el paso del Cachorro acompañado de la Banda de Música de la Puebla que interpretó marchas de calidad contrastada (y que volverá a repetirse el próximo Viernes Santo) y el cortejo único e irrepetible que formaron durante un trayecto los pasos de Pasión y de la Amargura, dos imágenes capitales de la Semana Santa de Sevilla acompañados por la música del Carmen de Salteras, desde su incorporación en la Campana hasta la Plaza del Salvador.