El Palquillo

El Carnaval de Cádiz vuelve a cantarle a la Hermandad de la Macarena y Queipo un día después

Chirigota 'Todo sobre su Marvel'

Sólo 24 horas después de la polémica suscitada por el pasodoble de la comparsa La ciudad invisible de Antonio Martínez Ares sobre la exhumación de Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena, otra agrupación, ésta de Sevilla, ha vuelto a dedicarle otra letra al tema. Se trata de la chirigota Todo sobre su Marvel, que anoche cerraba el segunda sesión de cuartos del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) en el Falla.

Un momento de la actuación. Un momento de la actuación.

Un momento de la actuación. / Lourdes de Vicente

Este pasodoble, el segundo de la tanda de la agrupación (minuto 6:55 del vídeo), es mucho menos crítico con la hermandad. El autor juega con el nombre de otras cofradías para centrarse fundamentalmente en la figura del general, "un judas y un genocida (...) al que dieron sepultura en una iglesia custodiada por los santos", y agradece a la "ley de memoria y la democracia" su exhumación. Por el papel de la hermandad pasa mucho más de puntillas, limitándose a decir que "por fin la Macarena no lo arropa son su manto". La chirigota remata que "no hay perdón para este calvario (...) Esos que mató en su día y trató como a los perros eran los que merecían su santo entierro", y sentencia que al marcharse "otro asesino de su valle, resucita en la calle nuestra esperanza".

Letra íntegra de pasodoble de Todo sobre su Marvel sobre Queipo de Llano y la Macarena

Hoy quiero, cantarle a mi tierra

mi tierra, santa y mariana

la que derramó en la guerra

su sangre republicana.

La sangre de mis paisanos

los que perdieron la vida

con la que lavó sus manos

un judas, un genocida.

Un genocida que arrojó a las cunetas

miles de niños, de mujeres y de hombres

y la sentencia que dictó su metralleta

era robarle sus dulces nombres.

Un genocida al que dieron sepultura

en una iglesia custodiado por los santos,

y por fin la Macarena

no lo arropa con sus manto.

Ya se marchó, el demonio que mató y torturó.

Ya se marchó el que despojó a mi tierra de la paz y del amor.

Y no hay perdón para este calvario.

Esos que mató en su día y trató como a los perros

eran los que merecían su santo entierro, ay, su santo entierro.

Y yo le canto a mi querida y santa tierra

pues con la ley de la memoria y democracia

otro asesino se ha marcado de su valle

y resucita en la calle, nuestra esperanza, nuestra esperanza, nuestra esperanza.

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