El Palquillo

El Cerro y San Bernardo se reencuentran en el Martes Santo de 2023

Los bomberos iluminaron el discurrir de la cofradía por el puente de San Bernardo

Desde casi su concepción urbanística y vecinal, el Cerro del Águila ha permanecido vinculado muy estrechamente al arrabal de San Bernardo. Este barrio casi independiente de la propia ciudad, obrero y humilde, estaba incluido en la demarcación parroquial de San Bernardo, pero el constante crecimiento de la zona en los años veinte del siglo pasado (y los casi tres kilómetros que separan ambos templos) imposibilitaba una "asistencia espiritual acorde" a las necesidades de casi once mil vecinos. El Cerro era una realidad y la ciudad crecía y crecía.

Salida de la Virgen de los Dolores en 1990 Salida de la Virgen de los Dolores en 1990

Salida de la Virgen de los Dolores en 1990 / Hermandad

Las primeras partidas parroquiales y todo tipo de documentación eclesiástica referentes al Cerro se custodiaban en San Bernardo, hasta que la sede parroquial se traslada a la entrañable "capillita" que existía en la Avenida de Hytasa y donde se le rendía culto a la advocación de los Dolores. Ya en 1953 se inician las obras de la actual parroquia de Nuestra Señora de los Dolores y en ella pasó a residir la hermandad sacramental, la primera que se funda en el barrio en 1945. Sin embargo, por pura geografía, la Hermandad cerreña transita cada Martes Santo muy cerca de Campamento, Tentudía y otras callejas propias del barrio de San Bernardo cuando va camino de la Carrera Oficial, desafiando las distancias y los espacios. 

Antecedentes

Tan viva estaba la vinculación y la raíz con San Bernardo que el Martes Santo de 1990, tan solo un año después de su primera estación de penitencia a la Catedral, la cofradía trazó un itinerario de vuelta muy especial. Aquel 10 de abril (primer día pleno de cofradías ese año), el Cerro del Águila estrenaba las imágenes de los dos soldados romanos del paso del Crucificado, realizadas por Juan Manuel Miñarro, por lo que procesionó de manera completa. También se estrenaron los candelabros de cola del paso de la Virgen realizados por Orfebrería Delgado López, así como los bordados de la bambalina frontal, diseñados por Francisco Carrera Iglesias. 

La cofradía del Cerro por el Matadero el Martes Santo de 1990 La cofradía del Cerro por el Matadero el Martes Santo de 1990

La cofradía del Cerro por el Matadero el Martes Santo de 1990 / Hermandad

Como curiosidad añadida, la Virgen de los Dolores lució el antiguo manto de salida de la Encarnación, el manto de Padilla estrenado en 1962 y que la cofradía de la Calzá había sustituido en 1989. Pero lo más reseñable, quizás, más allá de la repetición de una gesta impensable, es que el cortejo pasó por última vez por el puente de la Enramadilla antes de la transformación urbanística de la Expo. Y la clave está en el regreso: la cofradía volvió a su barrio a través de la calle Alemanes, Argote de Molina, Francos, Cuesta del Rosario, San José y Puerta de la Carne, saliendo a la avenida de Ramón y Cajal a través de las calles San Bernardo y Campamento, visitando la parroquia del viejo arrabal. 

Actualidad 

Este pasado Martes Santo (jornada siempre indomable, síntoma de salud y vitalidad) la cofradía del Cerro del Águila volvió a girar a su izquierda al salir de la Catedral, emulado el recorrido de hace ya treinta y tres años. Esta vez no se adentró en el barrio de San Bernardo, pero sí que subió el puente y pasó ante la Fábrica de Artillería, dirección Eduardo Dato y el entorno de la Gran Plaza. Las hermandades decidirán si se repite, o no, el modelo de este Martes Santo. Pero lo que sí es cierto es que el Cerro del Águila, indispensable ya en nuestra Semana Santa, se reencontró con su propia historia y con el barrio de San Bernardo, que tan suya la siente y tanta alegría y recuerdos le devuelve. 

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