En vídeo: El Señor de Pasión en su traslado al altar de novena
Cultos
La corporación ha celebrado este culto en la tarde-noche de este lunes
Solemnidad y recogimiento bajo las naves del Salvador
La O retira del culto a la dolorosa para acometer labores de conservación
Son aldabonazos que, en el impacto abrupto de su vertiente más cotidiana, nos despiertan algo por dentro. Algo que nos parecía aletargado y difuso, algo que nos acristala la ilusión en los ojos y nos devuelve la emoción por, sencillamente, esperar. Nadie diría que hace cuestión de horas partieron de nuevo los Reyes Magos camino de Oriente, dejando tras de sí, con su presencia, el mensaje inequívoco de la realeza absoluta de Dios sobre todo lo creado.
En la noche de este lunes frío y lluvioso de enero, el Señor de Pasión, cumbre sobrenatural de la imaginería sacra, ha sido trasladado a su altar de novena, antiguo y célebre culto que comenzará el próximo día 12 de enero y culminará en la jornada del sábado 20 con la Solemne Función, cuya cátedra ocupará el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses.
La imagen, sin corona de espinas ni potencias, al igual que durante su concurrido besapiés, portaba la túnica conocida como la del "delantal", cuyos bordados, fechados en 1888, fueron recuperados en el taller de José Antonio Grande de León, puesto que en su día se reconvirtieron en saya para la Virgen de la Merced. Acompañado por una veintena de parejas de hermanos con cirio, en cuestión de diez minutos quedaron las andas posadas ante el altar efímero que, poco a poco, toma forma ante el retablo mayor del Salvador. Una inmensidad reducida al escorzo imposible del cuerpo tronchado del Señor.
Su historia
En 1848 se celebró la primera Novena en honor de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, haciéndose coincidir la Función Principal con la festividad del Dulce Nombre de Jesús, como sigue aconteciendo en nuestros días, con la salvedad de que desde la fusión con la Sacramental del Salvador en 1918 la Función Principal se celebra en el Triduo Sacramental en la Pascua de Pentecostés, siendo por tanto Función Solemne la celebrada en la Novena. La novena da comienzo, como decimos, en enero, el viernes siguiente a la Solemnidad de la Epifanía, siendo parte esencial de este culto la celebración de la Santa Misa y la adoración del Santísimo Sacramento. Los cultos finalizan el último día con la procesión claustral del Santísimo Sacramento.
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