Fotos con historia

El estreno de las 'setas': Una nueva tribuna que generó mucha controversia

  • A las cinco de la tarde del 17 de abril de 2011, Domingo de Ramos, la cruz de guía de la Cena pasaba bajo los recién estrenados parasoles

El paso de palio de la Virgen del Subterráneo de la Hermndad de la Cena pasando bajo las ‘setas’ el Domingo de Ramos de 2011.

El paso de palio de la Virgen del Subterráneo de la Hermndad de la Cena pasando bajo las ‘setas’ el Domingo de Ramos de 2011. / Antonio Pizarro

La Semana Santa de Sevilla se ha visto obligada a adaptar al escenario que la ciudad proponía en cada momento. Ni las calles, ni las cofradías, ni por supuesto el público, han sido los mismo a lo largo de los siglos. Como las flores que cada año lleva el paso, los estrenos o la marcha procesional que suena en una determinada esquina, el paisaje urbano también contribuye de manera decisiva a la percepción que cada uno tiene de la escena. Uno de esos elemento que ha irrumpido con fuerza (y polémica) en los últimos años han sido las populares setas de la Plaza de la Encarnación.

Estos parasoles, ahora reclamo en las guías turísticas y visita ineludible por las personas que visitas Sevilla, crearon una enorme controversia desde que se anunció su construcción. Más allá del despilfarro económico, surgieron muchas dudas sobre su impacto en una zona tan céntrica. En las cofradías de sevilla, fieles reflejos de la sociedad de cada momento, el debate también existió. ¿Cómo iba a pasar un delicado paso de palio o un misterio barroco bajo esta estructura moderna de madera? Pues pasaron y, además, se gustaron, pese a que alguna hermandad incluso planteó modificar su itinerario para no verse en esa foto.

Eran las cinco de la tarde del Domingo de Ramos, 17 de abril, uno de los más tardíos posibles, cuando la cruz de guía de la Hermandad de la Cena cruzó el umbral de este nuevo monumento de Sevilla. Lo hizo con la exquisita elegancia propia de la corporación de los Terceros. Con música, el misterio a los sones de Rocío, el Señor de la Humildad con los cantos de la escolanía, y la Virgen del Subterráneo a los sones de Virgen de la Paz. La Semana Santa había conquistado en ese momento las setas. Sus escaleras, entonces como ahora, se han convertido en una improvisada tribuna para ver las muchas procesiones que por ahí discurren. Tras la Cena llegaron San Roque y la Amargura para afianzar la conquista. No tuvieron el mismo éxito las sillas del denominado Plan Palio que el Ayuntamiento instaló para diversos colectivos.

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