Fernando Vaz descorre el tiempo de glorias con un pregón vibrante
La Colegial del Salvador sirvió de escenario para un pregón reivindicativo y cargado de amor por la Virgen
Reflexiones y un amplio catálogo de estrofas encadenaron un recorrido por la importancia de estas hermandades
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Aclamación y reconocimiento unánimes por parte de los presentes y de todo aquel que lo siguió. La Colegial del Divino Salvador acogió en la noche de este viernes el Pregón de las Glorias de Sevilla, pronunciado con intensidad por Fernando Vaz, capitán de la Centuria Romana Macarena que desplegó un amplio abanico de conceptos, ideas y métricas para dar la bienvenida a este periodo tan señalado de la ciudad.
Tras la interpretación de diversas marchas por parte de la Municipal, entre ellas, Rosario de la Macarena del maestro Morales, y la presentación del Delegado de Fiestas, Manuel Alés, el pregonero dedicó sus primeras palabras a San Fernando y a la Virgen de los Reyes, a través de un rotundo soneto, y siempre bajo la dulce y excepcional mirada de la Virgen de los Desamparados del Parque Alcosa, a quien también dedicó sentidos versos. A partir de entonces, Vaz se explayó por diferentes advocaciones, señalando la humildad de la Virgen como una de sus virtudes esenciales y aplicándolas a estas cofradías: "Por eso quiere ahora el pregonero recoger este legado de la sencillez, y reconocerlo y abrillantarlo en el cristal de esas devociones, algunas imbricadas desde siempre, y otras ya arraigadas en Sevilla, y que son tan nuestras, tan de vosotras, Hermandades de Gloria".
También reflexionó el pregonero acerca de la necesidad de acudir de vez en cuando a nuestros templos e iglesias, para rezarle a las imágenes y aprender cómo la Virgen se enfrentó al mayor de los padecimientos, y cómo debe servirnos de ejemplo en el día a día, pero siempre con alegría, como es propio de esta tierra: ¿Con qué Alegría va a ser?/ con la que vino del Cielo,/ y está en San Bartolomé, remachó en esta espléndida soleá.
Posteriormente, a base de quintillas y de romances, el pregonero se detuvo en diferentes devociones como la Virgen de la Salud de San Isidoro, Araceli, o la Pastora de Santa Marina, a cuya coronación hizo igualmente referencia. También lanzó una reflexión a los presentes acerca de lo esencial y lo secundario, y cómo de un tiempo hasta ahora se le ofrece más prioridad a lo accesorio: Pero si revertimos las prioridades, si damos a lo secundario el carácter de fundamental, nos estaremos equivocando gravemente y le estaremos irrogando un daño irreparable a lo que tanto amamos. No se trata, pues, ni de pontificar -Dios me libre- ni de descartar nada, sino de ordenarlo convenientemente: lo primero es lo primero, lo segundo, lo segundo; y lo tercero, lo tercero.
Por último, y tras detenerse con especial emoción en la advocación de la Virgen del Rocío, dedicó un ramillete de décimas a la Virgen del Carmen, desde Santa Catalina hasta San Gil pasando por San Leandro o Calatrava. Cerró el texto un apasionado canto a la Reina de Todos los Santos de la calle Feria y, por supuesto, a la Virgen del Rosario de la Macarena, su hermandad, pero con un broche dedicado a la dolorosa de San Gil: y abre el Cielo que Ella llena, entonando con voz clara, que la Gloria está en tu cara, Esperanza Macarena.
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